Menú

Cosas del Corpus

Image
25 may 2018 / 19:42 h - Actualizado: 25 may 2018 / 19:44 h.
"Pareja de escoltas"

El señor arzobispo ha vuelto a alertar con impaciencia de las larguísimas representaciones de las cofradías que, ésa es la verdad, otorgan su singular carácter a la procesión del Corpus. A don Juan José –que le chirrían las larguísimas protestaciones de Fe de las funciones– le asisten sus razones aunque también ha admitido que no pretende cambiar ningún uso establecido. No hay que olvidar que la fiesta sólo encontró su sitio y su lugar tras las marañas posconciliares gracias al impulso decidido de las cofradías. En esto, como en Semana Santa, es difícil hablar de númerus clausus. Los hermanos prestan un pulso humano que difícilmente se encuentra en otras celebraciones alentadas a golpe de presupuesto. Ojo, al noveleo del cirio y de la vara no le falta una certeza: todos los participantes saben qué es lo verdaderamente importante. Reina sobre la ciudad desde la monumental custodia de Arfe. Pero los calonges tampoco deberían olvidar la esencia de la fiesta barroca. Lo decimos todos los años y lo repetimos este: se echan en falta los valiosísimos ornamentos y piezas litúrgicas de la Catedral. No sería mal día para sacarlas de su triste destino de piezas de museo. En este punto convendría mirar hacia Toledo o Granada. El aire catecumenal de los capitulares y monagos nada tiene que ver con el espíritu contrarreformista de una fiesta que además de su significado litúrgico podría ser una grandiosa manifestación estética.