En periodos de volatilidad la incertidumbre y la indecisión suelen ir de la mano a la hora de invertir, por lo que cualquier inversor poco avezado que pretenda adquirir títulos en bolsa al no saber calcular o valorar su futura inversión, probablemente, creerá que los precios se fijan por inversores más expertos y que por tanto dichos precios se corresponderán justamente con la valoración objetiva de la empresa, sus cuentas de resultados y previsiones de beneficio futuro. Sin embargo, esto no siempre se ajusta a la realidad.
En el precio de una acción de cada una de las sesiones en las que cotiza en bolsa influyen, que duda cabe, diversos factores productivos o empresariales, pero, ello no obstante, la cotización de los diversos títulos también se verá afectada por la actividad especulativa referida al sector industrial o financiero en el que se halle encuadrada la empresa, a las presiones interesadas sobre el citado título o a los impulsos generados artificialmente para hacer subir o bajar la cotización hasta niveles donde se produzca la entrada de nuevo dinero (en muchas ocasiones de inversores con poca experiencia) que posteriormente pueden terminar enganchados dentro del valor, una vez que los grandes inversores profesionales hayan vendido sus títulos en el escalón superior de precios de la cotización. Este tipo de maniobra suele llevarse a cabo normalmente durante el transcurso de varias jornadas bursátiles, en periodos de tiempo que pueden oscilar entre varias semanas e incluso llegar a varios meses.
Volviendo la mirada atrás en la historia bursátil y la misma experiencia práctica nos enseña que, de manera recurrente, se repiten valoraciones excesivas en determinados títulos cotizados de empresas encuadradas en distintos sectores económicos. Este hecho se puede comprobar estudiando los charts o gráficos históricos de precios de los distintos títulos cotizados y comprobar cómo, en algunos casos, se puede llegar a manipular, de manera legal, los precios de alguno de ellos, llegándose a pagar sumas que, posteriormente, se comprueba que estaban fuera de toda lógica.