Compadezco a los creativos de camisetas deportivas para equipos y selecciones. Darle vueltas a lo mismo una y otra vez debe ser insoportable. Es como si Ferrán Adriá tuviera que sacar cada año una presentación distinta del Huevo con Papas. Porque llega un momento en que no da para más. Pero claro, hay que seguir vendiendo. Y cuando ya uno no sabe qué sacar? ¡¡Eureka!!, saco una cosa igual que una que hice hace 23 años, y en lugar de llamarla autocopia la llamo retro, que queda más guay.
El problema es que hace 23 años no estábamos amamonados por banderas. Y pasa lo que pasa. Ya hay quien quiere ver los colores republicanos en la camiseta de la Selección para el Mundial de Rusia. No sé si los llevará o no, pero la impresión sí que la da. Y esto lo único que demuestra es que tenemos los nervios a flor de piel en nuestro país y que no está el patio para bromas. Una pena.
A mí particularmente no me gusta. No por consideraciones políticas, sino por simple diseño. Habrá quien le guste, pero creo que llevado más por el fervor antiBorbón que por el mero diseño deportivo. En España, de vez en cuando, tenemos el gusto donde las avispas, pero el libro de gustos está en blanco.
La última vez fue con el chándal olímpico de España para los Juegos Olímpicos de Londres, que eran tan feos que algunos deportistas incluso pensaron en dar positivo adrede para ser sancionados y no tener que ponerse eso. Pero bueno, si es para ganar el Mundial? hasta jugando con un mono de Astilleros, oiga. ~