De la ciudad y su idiosincrasia

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26 ago 2015 / 18:49 h - Actualizado: 26 ago 2015 / 18:49 h.
"Sin rodeos"

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En 1921 el Real Patronato de Casas Baratas solicitó al Ayuntamiento que la calle sin rotular y conocida popularmente como del Porvenir, se dedicara al marqués de la Vega-Inclán como reconocimiento a sus servicios ejemplares prestados a la ciudad desde su cargo de primer comisario Regio de Turismo y Cultura Artística Popular (1911). No hubo respuesta. El alcalde, Federico Amores Ayala, conde de Urbina (21 de marzo de 1919-22 de abril de 1922) debatió con sus concejales y el resultado fue negativo.

No hay constancia documental, como acredita José Santotoribio Sumariba en su obra básica Sevilla en su vida municipal (1920-1991) en la reseña amplísima que dedica al Cabildo del conde de Urbina (1920-1922). El silencio administrativo sorprendió a los patronos del Real Patronato de Casas Baratas, una de las obras más significativas del marqués de la Vega-Inclán, que hizo posible las primeras viviendas para obreros (1913-1915) y situando a Sevilla como pionera nacional en esta obra social.

Cuando se conocieron confidencialmente las razones para la negativa municipal, la Sevilla oficial se dividió en dos partes. La razón principal y única era que el marqués de la Vega-Inclán, soltero, convivía con una señorita soltera de Sevilla. Su compañera (1891-1931), María Belén López Cepero, residente en el barrio de Santa Cruz compartió su vida durante cuarenta y un años y no tuvieron descendencia.

¡Un soltero con querida! Un escándalo social intolerable en aquella sociedad dominada por una idiosincrasia fundamentalista católica.