De la Peña

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01 jun 2018 / 22:02 h - Actualizado: 01 jun 2018 / 23:34 h.
"Pareja de escoltas"

Ni de Peña de los Enamorados ni de la Peña de Francia: de la Peña Fernández, Joaquín. A quien el pasado sábado lancé desde aquí un órdago como Diputado Mayor del Corpus a cuenta de una propuesta a la que diligentemente me respondió, tema sobre el que quizá otro día volvamos. Y alguien cuya pericia salvó el pasado Jueves de cortes y parones una procesión que pretendieron solemnizar -fíjate el esfuerzo- no terminando de sacar de las vitrinas lo mejor de la casa para tan digna ocasión (como bien insinuaba mi pareja de escolta Alvaro del Moral), qué va: añadiendo una oración más a las paradas. Hay que aplicar la liturgia con igual literalidad en la Magna Hispalense que en un suburbio de Mozambique. Pero hablaba de Joaquín, a quien la victoria de Adolfo Arenas le cercenó un brillante remate a su fecunda trayectoria en el Consejo. Él entonces se volvió a sus domésticos cuarteles de Omnium Sanctorum. A la nunca abandonada fidelidad del trabajo de base en su Hermandad de Gloria, donde la Virgen sonríe cuando le oye recitar en la Salve aquello de “mas si mi amor te olvidare”. Y donde ahora, como Hermano Mayor, ha retornado a ser miembro al menos plenario del Consejo. Le guardo mucho de gratitud y de añoranza a sus etapas de Consejero letífico y de Secretario, y es casi un desaire en la calle San Gregorio no aprovechar sus conocimientos, su espiritualidad y experiencia del modo que sea. O será que nos hacemos viejos e inventariamos los hitos gozosos de nuestro camino recorrido. Pero él es un referente de lujo y para nada amortizado, tal y como está el patio. De sobras lo sabemos muchos.