Lo de esta noche en el Artemio Franchi no es ninguna tontería. El exceso de euforia puede provocar algún que otro susto y la relajación en demasía algún enfado y de los gordos. No digo que haya que repartir canifinitrinas como si fueran caramelos entre los sevillistas, ni mucho menos. Pero ahora que está tan de moda esto de los vídeos y lo mucho que le gusta a Emery, sería quizá un buen momento para rescatar el de la semifinal de la pasada temporada en Mestalla y ponérselo a la plantilla. Estoy convencido que igual ni hace falta, seguro que saben que a Florencia no van de vacaciones.
Hoy es un día para que el sevillismo valore de verdad lo que tiene y el esfuerzo que este equipo lleva haciendo toda la temporada. Por fácil que pueda parecer lo que ha conseguido, no lo es. No vale confiarse ni pensar que todo está hecho. Quedan por delante los 90 minutos más difíciles de todo lo que llevamos de temporada y hay muchas cosas en juego todavía. Ya no sólo el pase a una final, a buen seguro, la Fiore va a querer devolver a su afición el cariño mostrado estos días y aunque vean tan complicado como imposible el pase a la finalísima de Varsovia, querrán agradar al menos con el triunfo de la honrrilla. Ya sabemos como son estas cosas, a poco que se enchufen con un gol, ya tenemos formado el lío. Pase lo que pase hoy, tranquilidad y si se pone el resultado en contra, a manejar la situación con la inteligencia y el oficio de quien mejor conoce esta competición, que no es otro que el propio Sevilla.
Debe ser un día de fiesta pero sean prudentes. Ya avisó el Valencia hace un año y esta mañana el propio presidente. Confianzas las justas y el respeto máximo para competir al mismo nivel que el resto del año. El campeón no sólo debe parecerlo, también ha de serlo y esta noche tiene la oportunidad de demostrar porque sigue ahí. Ya habrá tiempo para hacer turismo.