De vuelta a las azoteas

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05 mar 2018 / 22:30 h - Actualizado: 05 mar 2018 / 22:32 h.
"Cofradías","Opinión","Cuaresma 2018"

Menudo revuelo se formó el pasado jueves en el orbe cofradiero en cuanto apareció la noticia de que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) tenía intención de cobrar 50 euros del ala, por cofradía y día de Semana Santa, a cambio de seguir ofreciendo a las que así lo requirieran sus ¿fiables predicciones? Es cierto que la polémica fue de corta duración, pues tan solo horas después el delegado de Fiestas Mayores en el Ayuntamiento de Sevilla, el muy implicado Juan Carlos Cabrera, salía a la palestra en una de sus habituales comparecencias garantizando a las cofradías información meteorológica de primera mano y totalmente gratuita a través del siempre socorrido Centro de Coordinación Operativa (Cecop). Por si fuera poco, al día siguiente la propia Aemet hacía público un comunicado en el que aclaraba que, antes de llegar a ese momento de tener que pasar por taquilla a cambio de una información muy pero que muy personalizada, las cofradías tenían a su entera disposición otras tres vías, las mismas que tenemos los cofrades de a pie, al precio de cero euros. Aclarado pues el entuerto del pretendido sablazo al bolsillo de nuestras hermandades, el debate quedaba no obstante abierto y ha dado y sigue dando mucho de sí en las animosas tertulias de Cuaresma porque, de haber prosperado la cosa, no me negarán lo atractiva que hubiera resultado una Semana Santa de éstas de guasa con la lluvia en las que, por no apoquinar los 50 lereles, viéramos un día sí y otro también esa estampa añeja de las juntas de gobierno en las azoteas de los templos comprobando, índice humedecido en alto, por dónde vienen las nubes, cómo sopla el viento o si ese temible color gris «panza de burra» es dueño y señor de la cornisa del Aljarafe, con lo que para echarse a temblar. En el otro lado, pongámonos en que los mayordomos hubieran aflojado la guita: ¿a qué tendrían derecho las cofradías? Y me explico, porque si el hombre del tiempo dice que palante y después llueve o, al contrario, obliga a que no se mueva un varal y con el paso de las horas se comprueba que no cae una gota, ¿esos 50 euros darían para pedir daños y perjuicios ya fueran materiales o personales? Es decir, ¿el pan de oro para la restauración de los respiraderos quién lo paga? o ¿la llantina del niño por no haber podido salir de nazareno quién la aguanta? ¿El Mariano Medina de turno?