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¿Deporte fraude?

h - Actualizado: 13 ago 2016 / 19:21 h.
"Fútbol"

Me hubiera gustado una victoria del Sevilla ante el Madrid el pasado martes. Soy bético pero a mí lo que me importa es el efecto turístico en pro de la ciudad. En pantallas de aeropuertos de México he visto noticias del Sevilla campeón de copas. La gente va a la ciudad donde se rueda Juego de Tronos, donde está el equipo que logra tantas copas, donde iba a ir Obama (a la Alhambra fueron las Spice Girls y después la señora Obama y ya está, más visitas). Lo que hoy es Torre Sevilla competía con otras maquetas, a mí me gustaba la más alta, brillante y majestuosa, una ola que ascendía al cielo; como las autoridades eclesiásticas de la catedral, pensé: «Hagamos una torre tal que nos tengan por locos». Que venga gente a Sevilla sólo a ver esa torre y de paso a pasear, pernoctar y comer. «Sí hombre –me dijo un alto cargo de lo que entonces era El Monte– con la que se va a liar con la que hemos elegido...».

El Sevilla perdió la otra noche porque no le echó bemoles como suelen hacer los jugadores del Madrid y del Barcelona que llegan a una empresa sabiendo dónde están y ya tienen mente ganadora. En el Sevilla entra y sale gente, un modelo de negocio que por ahora ha resultado pero que es jugar con fuego cada año y desde luego ineficaz para llegar arriba del todo. Pero a mí me preocupa más el posible fraude que desde hace años se le está haciendo a los aficionados.

El partido de la otra noche era un amistoso de lujo, ganó el que menos sobresaltos de plantilla ha experimentado. Los jugadores son sometidos a tremendos sobreesfuerzos por intereses ajenos al deporte y lo sufren. El campeonato empieza ¡en agosto! y todo va contrarreloj. La pasada liga el Sevilla llegaba reventado de ganar la Copa de la UEFA, se cansó más todavía celebrando la victoria y a las pocas horas estaba frente a un Barcelona FC relajado, jugando otra final que podía haber ganado perfectamente con más días de por medio. Creo que todo esto es un gran engaño a unos ciudadanos que parecen aceptarlo y –lo que es peor– a una prensa que se muestra dócil ante tanto atropello. Una jornada de liga no puede empezar el viernes y terminar el lunes, se diga lo que se diga, unos juegan con ventaja sobre los otros.

Me limito sólo al fútbol. En el automovilismo, etc., abunda la publicidad de empresas accionistas de medios y/o que invierten en ellos mucho dinero en propaganda, la misma liga de fútbol lleva el nombre de un accionista de dos grandes grupos mediáticos españoles con intereses en la televisión, ¿cómo vamos a parar esto?