En estos tiempos convulsos se están viviendo momentos de cambio que nos van planteando nuevas cuestiones y nuevos derechos, a la par que otros se van perdiendo en el camino. Como ejemplo, películas que son premiadas en festivales de Clase A –los principales– son adquiridas por las grandes plataformas VOD y excluidas de la posibilidad de ser exhibidas en salas de cine. Las películas, por definición, tienen una vocación de ser proyectadas, en primer lugar, en un cine. Se realizan teniendo en cuenta este lugar de exhibición: el tamaño de pantalla, las condiciones acústicas, etc. Por tanto no usar la sala de cine para exhibirlas es como negarles su propio sentido, además de un gasto innecesario.
Las películas que se proyectan en televisiones o pantallas no cinematográficas (tablet, teléfonos...) tienen una cantidad ingente de cualidades que no pueden ser apreciadas por el tipo de soporte en que son vistas.
Por ejemplo: si usted está en una salla de cine y ve que a la izquierda de la pantalla se abre una puerta usted oirá por el lado izquierdo el sonido de apertura al igual que si un grito suena al otro lado y lo escuchará por ese lugar. Son los llamados efectos salas de sonido, donde la técnica adopta el sonido a lo que sucede en la pantalla y en qué lugar de la misma sucede. Estos efectos son imposibles en un televisor normal u otro soporte. Solo si dispone de un sistema de audición de sonido envolvente, mínimo cinco altavoces situados en relación con la pantalla del televisor, puede usted tener un acercamiento a lo que estamos comentando.
Pero además existen otros condicionantes: la película, al ser producida para las salas de cine, usa el ratio de pantalla (sus proporciones) y quizás algo más importante su tamaño. Ver en una pantalla normal de 300 m2 de tamaño una proyección es sentir, sentirse, imbuido , participe o afectado por lo que está sucediendo en la película. Mire por favor la película Dunkerque, una maravilla en la sala de cine y una película vulgar vista en una televisión.
Y esta diferencia no es solo para las películas de acción. Otro ejemplo la película francesa Human un sucesión de testimonios sobre los elementos que nos hacen ser humanos, de la diversidad, el dolor y la alegría. La puede buscar en Youtube y si la ve observe un interesante documental sobre nuestra especie. Si la disfruta usted en el cine no será un documental: tendrá una experiencia emocional, personal y vivencial de la humanidad. La razón que el tamaño sí importa, sí importa la sala oscura, el sonido de alta calidad, la compañía... por esto tenemos que poner un cierto orden para que las películas no dejen de ser vistas en los cines como lugar primigenio.
Quizás una idea de solución pasa por convenir con las películas que van a los festivales principales que durante un plazo de tiempo (12 meses) esa película solo se pueda ver en salas de cine y a partir de allí se abran a todo el resto de ventanas de explotación.
Los americanos, que son la industria más potente del mundo en cine, lo saben bien y no se les ocurre vender una película a una plataforma hasta que pasa todo su ciclo de explotación en salas de cine.
Quizás por esto, porque son más listos, no se les ocurre cargarse ellos mismos su propia industria. Quizás!!!