En estos días se hizo pública la noticia de que el Palacio de las Dueñas, abierto el 17 de marzo al público, alcanzó la cifra de 30.000 visitantes. Una media de 600 visitantes al día en estos más de cincuenta de apertura y unos ingresos, al precio medio de la entrada de 7 euros, de unos 210.000 euros, que retirando el IVA, se queda en unos 199.000 de ingresos aproximados. Teniendo en cuenta que según las declaraciones realizadas a la apertura del palacio el presupuesto de mantenimiento se situaba en 240.000 euros anuales y la inversión de la adaptación estaba sobre 800.000 euros, podemos considerar que la actividad seguramente presente al final de ejercicio un positivo balance económico. Felicitaciones a los responsables.
Es singular que veamos con tanta claridad cómo una actividad cultural, en este caso de patrimonio, es y puede ser rentable desde el punto de vista económico y cómo la cultura es rentable mas allá del fortalecimiento del espíritu.
Esto nos devuelve a la necesaria sostenibilidad de la cultura en Andalucía y a la necesidad de la iniciativa privada en la actividad cultural. En momentos como estos en donde parece que una cierta mejora de la situación anima el consumo y donde empezamos a olvidar los momentos difíciles que hemos padecido –y que aún padecemos– en la cultura, corremos el peligro de volver otra vez la espalda a entender la cultura como una actividad económica que genera riqueza y empleo. Vemos cómo las instituciones culturales no son dinamizadoras de la sociedad, pues, seguimos con marcos legales que no permiten una iniciativa privada por los altos niveles de regulación y por la escasa intención de promover un marco que favorezca el patrocinio privado de la cultura y su desarrollo, sin contar que a pesar de todas las declaraciones de buena voluntad el IVA cultural sigue al 21 por ciento.
Alguna vez deberíamos poner en marcha las medidas de apoyo a las empresas culturales como un motor de Andalucía y la cultura. Pero esto, quizás, solo es deseo, ya que los números de la cultura salgan en positivo parece que molesta.