Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla». Al ejemplo de los chiquillos del Palau, defendiendo a sus compañeros hijos de guardias civiles de los insultos de dos profesores canallas, cobardes y traidores, mientras quienes deberían haber actuado han estado y siguen estando más callados que una puta de la antigua Alameda, se une ahora Amichi, una empresa fundada por un catalán hace treinta y dos años, que dando la cara abiertamente ha insertado un anuncio a toda página en la Prensa de Barcelona y Madrid, con este texto:
«Desde Amichi solo podemos dar las gracias y expresar nuestro cariño y apoyo a las Fuerzas de Seguridad del Estado. Gracias por atendernos con amabilidad... Por rescatarnos en el mar, la montaña o la carretera... Por mantener la serenidad cuando parece que los acontecimientos nos sobrepasan... Gracias por hacernos sentir más seguros solo con vuestra presencia... Por pasar sueño, hambre, frío o calor para que nosotros podamos vivir más tranquilos... Por evitar que nos hagan daño... Por dar la cara siempre, pase lo que pase... Gracias por defender nuestros derechos y libertades... Y gracias por estar ahí...»
Y acompaña el anuncio con la entrada siguiente para quienes deseen apoyar a las Fuerzas de Seguridad del Estado: www.graciasporestar.es.
Todo un ejemplo de gratitud. Dando la cara frente a quienes aplicando filosofías nazis están masacrando a quienes no piensan como ellos. Y lo hacen con insolente impertinencia, con grosera arrogancia, creyéndose muy superiores a los demás, en la confianza de que quienes deberían encerrarlos en la cárcel no moverán un dedo para hacerlo. ¡Qué vergüenza!