El pasado mes de enero se cumplieron veinte años de la trágica muerte del gran guitarrista lebrijano Pedro Bacán y el próximo viernes va a recibir un gran homenaje en su pueblo, en el Teatro Juan Bernabé y con un plantel de más de veinte artistas. Lebrija no olvida a sus hijos y Pedro Peña Peña, que así se llamaba el vástago del cantaor Bastián Bacán, era un hijo ilustre, uno de sus mejores artistas flamencos. Además, estuvo cuarenta y cinco años amando a su pueblo, defendiendo con uñas y dientes su escuela flamenca y llevando por el mundo su nombre. Murió precisamente camino de Lebrija, después de actuar junto a su primo Juan el Lebrijano en Lora del Río. Se durmió en la autopista y no se enteró de nada. Hizo muchas cosas y nos quedamos con las ganas de saber lo que le quedaba por hacer, porque era un alma vieja de la música gitana andaluza, pero joven aún y con la cabeza preñada siempre de proyectos. Creía en Lebrija y en los flamencos de su pueblo, tanto en los viejos como en los jóvenes, en su propio padre y en José Valencia, el diamante que pulió con esmero. ~