Hoy, al iluminarse la ciudad de la Feria del mundo, volvimos a cantar las primeras sevillanas de un Real, en el que los Hermanos Quintero bailaron con Amalia de Molina... Arenal de Sevilla, mantilla, Torre del Oro, la dama del Guadalquivir de coplas, cuyas almenas exaltaron al gran río de los maestros de La Puebla, los que loaron a Joseliqui y a la Giralda, los que durante medio siglo prepararon, en el soberao ribereño, sones de feria y camino, los que cortaron las cadenas de los andaluces y nos enseñaron, a todos, a cantarle a la Virgen, poemas... José Manuel, Pepe, Juan, Manuel y su hermano Faustino.
Este último, una caja de música que con sus quiebros y quejíos, nunca faltará entre nosotros, porque la Blanca Paloma lo vistió de eternidad por los siglos de los siglos... Cuantos recuerdos juntos, cuantas giras, cuantos festivales nos unieron las sevillanas cuando entramos a formar parte de los carteles junto a los llamados cinco magníficos: Hermanos Reyes, Paco Palacios El Pali, Los Marismeños, Los Amigos de Gines y Los Romeros de la Puebla.
Hoy, alumbrao de sentimientos y emociones para los creadores del quinteto, por parte de Los del Guadalquivir, Las Carlotas y María de la Colina, Somos del Sur, Brumas y Laura Gallego.
Hoy, los sevillanos hemos vuelto a ser estudiantes y a oler a tiza y pizarra, hoy hemos vuelto a subir el puente del barrio de mis entrañas, cantando entre sus barandas: Como una media luna, Plaza de España... Y hoy hemos vuelto a ser marineros, al son de cinco Romeros, Llegaron por ti a Sevilla, desde las tierras extrañas.
Hoy, hemos revivido aquellas noches de La Trocha en San Esteban, Chumberas del camino, camino de las cigüeñas... Y al son de cinco Romeros, hoy roban mis pensamientos, Suspiros de mujeres que lleva el viento... Hoy vuelvo a La Pasarela de alegre feria en El Prado de San Sebastián, con El Pali de mi brazo hablándome del pasado, desde que estuvimos viendo en la Venta de Antequera, que El embarque de ganao, levanta una polvarea... Hoy vuelvo a cruzar el río al son de cinco Romeros, Triana limita al norte con un tejar de alfareros... ¿Cuántos sueños de caminos?, ¿cuántos millones de amigos?, ¿cuántos pueblos entregados?, ¿cuántos triunfos logrados?, ¿cuántas Salves rocieras al alba de la mañana?, ¿cuántas danzas corraleras?... «Ay, si los pinos hablaran».
¡Que disfrutéis de la Feria!