La Tostá

El compás en la Feria

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
02 may 2019 / 08:36 h - Actualizado: 02 may 2019 / 08:41 h.
"La Tostá"
  • Cristina Hoyos en la Feria de Sevilla de 1967. / El Correo
    Cristina Hoyos en la Feria de Sevilla de 1967. / El Correo

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Muchos amigos de fuera de Sevilla, en la mayoría extranjeros, me llaman estos días para meterse en ambiente flamenco durante la Feria y suelo decirles que cualquier fecha es mejor que esta para disfrutar del flamenco en la capital andaluza. No quiere decir que no haya flamenco en muchas de sus casetas, pero cada vez menos porque al fin reparamos en que este arte necesita recogimiento. Hay muchas anécdotas de artistas flamencos en nuestra feria, que demuestran lo mal que lo pasaron buscándose la vida en las casetas de los señoritos. Por ejemplo, Tomás Pavón, el hermano menor de la célebre Niña de los Peines. Pericón de Cádiz recuerda en Las mil y una historias de Pericón, de José Luis Ortiz Nuevo, cómo sufría teniendo que elevar el tono de su voz para competir con pianillos y el jolgorio típico de esta fiesta tan sevillana. Su misma hermana, Pastora, empezó a cantar con solo 8 años en la Feria, para sustituir a su otro hermano, Arturo, el mayor, que no pudo ir una noche porque se había emborrachado, según contó la madre de estos artistas, mi paisana Pastora Cruz Vargas, quien precisamente vendía flores por las casetas y en la Plaza de Toros de la Maestranza de Sevilla. Dicen que alguna vez tocó la banda de música en su honor, de lo buena moza que era la gitana de Arahal. Lo que no se puede negar es lo flamenca que es la Feria en general, se diga lo que se diga, con miles de mujeres ataviadas con el traje típico de flamenca, caballistas, el baile por sevillanas en las casetas y en la calle y las vendedoras de claveles y buñuelos. La Feria tiene su compás, aunque no sea el de la soleá o la seguiriya. Manolo Caracol cantaba una noche en la caseta de unos amigos, después de la Guerra Civil, cuando vio que pasaba por la puerta la Niña de los Peines con su marido Pepe Pinto y Juanito Valderrama. Salió y les cantó unas sevillanas tan flamencas que Pastora, en un arranque gitano, las bailó sola, sin pareja, dejando atónita a otra Pastora, la Imperio, que estaba en la reunión. La Feria de Sevilla se hace flamenca cuando quieren los flamencos y conociendo sus casetas, siempre hay alguna donde, de madrugada, se paran los pianillos y surgen las voces jondas que rompen las camisas.