El desayuno

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Álvaro Romero @aromerobernal1
19 feb 2018 / 21:11 h - Actualizado: 19 feb 2018 / 23:27 h.
"Viéndolas venir"

Ahora que la Cuaresma ha enturbiado definitivamente a Don Carnal con volutas de incienso, salta a la actualidad el desayuno, es decir, la primera comida del día, que consiste en quitarnos el ayuno nocturno de un plumazo con un café y una tostada, des-ayunando, o sea, haciendo lo contrario de ayunar. La noticia es la subida de su precio en el Congreso de los Diputados, esa pompa de jabón de donde tantos políticos no salen ni para hacer pipí. Resulta que el desayuno en la Cámara Baja (café y tostada) ha subido de 1,06 a 1,07 euros. Sí: un céntimo más que el año pasado. Y sí, el 0,7 del pico nos recuerda a otro 0,7 que solo han alcanzado seis países después de que muchas decenas de ellos prometieran destinar a limosnas solo un 0,7 de su producto nacional bruto hace casi cuarenta años. Se ve que es difícil.

El precio del pan en el Congreso siempre ha sido revolucionario, siempre al hilo de esa sentencia cristiana de al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. A Zapatero, antes de la crisis, le preguntaron que cuánto valía un café y contestó que 80 céntimos. Se equivocó, claro, porque entonces el café en el Congreso valía 73 céntimos. Hoy cuesta 85. Y claro que en la calle cuesta muchísimo más. Pero eso ya depende de las calles que uno frecuente. Hay calles, como esa del Congreso que conduce a la cafetería, en la que se almuerza, y bien, por menos de diez euritos. Se tendrá que notar que son representantes de la soberanía nacional.

Desayunar, aunque no pegue demasiado en Cuaresma, es lo que deberían hacer tantos chiquillos no solo en el Tercer Mundo, sino en esta España nuestra que les hiela el corazón y el paladar a tantos de ellos a los que les da vergüenza contar que ayunan todo el año. A Sus Señorías no les da vergüenza, en absoluto, porque seguramente tacharán este tipo de artículos que ya remato, para no seguir, de auténtica demagogia. Lo peligroso que es que también usted lo piense.