El factor CRACK

El «crack» es el que no se conforma; el que con su esfuerzo, saber ser y saber hacer logra que cambien las tornas; el crack no adorna la realidad pero se encarga de ponerla en forma con la gimnasia de la creatividad

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05 may 2018 / 16:55 h - Actualizado: 05 may 2018 / 20:13 h.
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Vivimos en un mundo de contradicciones. Por un lado, como personas y profesionales, valoramos lo diferente ¡nos encanta! ¿por qué? porque nos aporta algo nuevo, supone un aprendizaje, la creación de una experiencia, nos pone en el camino de la excelencia al agitar nuestras mentes y corazones, nos inspira reflexiones y emociones... ¿no es así como se conjuga el vivir? Por otra parte, desde la infancia, se enseña a los niños que no es buena la discrepancia... En lugar de fomentar la curiosidad, la pasión, la autenticidad... simplemente se estandariza, se «difumina» el criterio diferente y se enseña a obecer (camino que se encuentra en las antípodas del crecer); con este tipo de «enseñanza» se llena la panza de la manipulación y quedan famélicas la creatividad y la ilusión... ¿Contradictorio? ¡totalmente, a nivel de consultorio! porque es para volverse loco, que si lo que verdaderamente necesitan las familias, las empresas, la sociedad para progresar es fomentar las cualidades más humanas (curiosidad, creatividad, autenticidad, pasión...) se invierta tanto tiempo en las vanas (aparentar, ser uno más, conformarse...); ten en cuenta que para romper barreras, ¡hay que ser un ser humano de primera! (en el pleno sentido del término, pues al alimentar tu calidad personal ¡es cuando comienzas a triunfar!).

En inglés el término «crack» significa «romper», seguramente habrás oído, más de una vez, la expresión: «¡este tío es un crack!», literalmente, quiere decir que ese tío es «rompedor», pero ¿«rompedor» de que? rompedor de límites, rompedor de dificultades, rompedor de rutinas, rompedor de estandares y normas... Porque el «crack» es el que no se conforma; el que con su esfuerzo, saber ser y saber hacer, logra que cambien las tornas; el crack no adorna la realidad pero se encarga de ponerla en forma con la gimnasia de la creatividad... Entonces, ¿cuál es el secreto del «CRACK»? que pone Corazón + RAzón + Compromiso para crear «K» – Calidad– (en todos los sentidos: calidad personal, calidad profesional, calidad de amigos, calidad humana, calidad de vida...).

La fórmula «rompedora»

Como reza un antiguo proverbio francés: «el precio se olvida, la calidad permanece», y la gran «K», la calidad fruto del desempeño del «CRACK», es un preciado legado con pretensión de eternidad. Para mantenerlo y potenciarlo, lo mejor es conocer, aplicar y nutrir el ahora con cada uno de los elementos de la fórmula «rompedora»: Corazón + RAzón + Compromiso

–Corazón: Cuando en lo que haces pones el alma, ¡te llevas la palma! Para ser «rompedor», en lo que quiera que hagas, tienes que poner amor. El amor es la emoción más potente y funciona como un imán con la gente. Desde las recetas «hechas con amor» hasta los consejos dados con cariño, son humanos guiños para que nuestro desempeño sea la hábil catapulta para cumplir los sueños. El mundo emocional es un elemento imprescindible de la fórmula «rompedora» porque el auténtico CRACK, para serlo, necesita conectar con lo humano de lo humano: las emociones, pues los sentimientos son el cimiento de cualquier relación y para cumplir cualquier objetivo, de la soledad, ¡no puedes ser cautivo! Todos necesitamos de otras personas en muchos momentos de nuestra vida: el profesor necesita alumnos; el empresario necesita clientes; el blogger necesita followers; el líder, seguidores... El combustible emocional nos hace funcionar, nos pone las pilas, casi literalmente, porque el sentir lleva al transmitir y cuanto más transmitas, más posibilidades tendrás de que tus ideas, ilusiones y proyectos calen en la sociedad y a tu causa se quieran sumar. Afirmaba el escritor francés, Charles Pinot Duclós: «El idioma del corazón es universal: sólo se necesita sensibilidad para entenderlo y hablarlo», la sensibilidad es la elegancia humana, la sensibilidad es el esperanto personal pues, no importa donde te encuentres, que si hablas el idioma del corazón, crearás hogar y satifacción.

–RAzón: El pensamiento es el compañero de equipo del corazón, para marcar un gol, es imprescindible que haya compenetración. Tal y como expresaba el escritor italiano, Ippolito Nievo «la razón se hace adulta y vieja; el corazón permanece siempre niño», y cuando el niño es pequeño, el padre lo cuida y lo ayuda; pero cuando pasan los años y el padre envejece y encuentra dificultades, es el niño quien se ocupa de él y lo ayuda refrescando sus ideas y su vida: tal es la relación entre razón (padre) y corazón (niño).

La RAzón aporta al «CRACK» perspectiva, visión, estrategia, coherencia... herramientas necesarias para recorrer con atino el camino de la excelencia.

–Compromiso: Para que el equipo formado por Corazón y RAzón te lleven a ser un genuino «CRACK», ¡tienes que comprometerte con estos fichajes sin parar! El compromiso está hecho de lealtad, constancia, disciplina, visión... supone ser consecuente con la palabra dada y la meta fijada; el compromiso es el entrenador del Corazón y la RAzón: gracias a sus entrenamientos no nos dejamos distraer por la dificultad, activamos el espíritu de superación y sabemos ver más allá. El compromiso constituye toda una prueba de carácter, si la superas ¡prosperas! (y tu equipo jugará en primera).

¡Ahí tienes el factor «CRACK»! Si quieres en tu vida calidad, no olvides estos ingredientes: Corazón + RAzón + Compromiso, ¡tendrás el mejor de los guisos!