Judas Iscariote. Capacidad de traicionar a Dios

Image
11 abr 2017 / 11:28 h - Actualizado: 11 abr 2017 / 11:28 h.
"Cofradías","Semana Santa 2017"

En nuestros pasos de misterio al aparecer Pilatos, Barrabás está presente de un modo implícito. Conocemos a este personaje. Nos lo imaginamos como un ladrón, sedicioso, asesino y encarnado como un hombre siniestro. Quizá sus representaciones en la historia del arte nos hayan llevado a ese estereotipo, junto con los escasos datos históricos.

En otro nivel distinto, el nivel de la alegoría, Barrabás nos representa a todos nosotros; fue un hombre redimido por la condenación de Cristo. Los judíos gritaron, antes que Pilatos pronunciara su nombre: «¡Suelta a Barrabás!». Pilatos accede y se condena a Cristo, y contemplamos nuestra salvación al igual que Barrabás, condenado a la crucifixión, contempla la suya. Es muy posible fuera un hombre conocido del pueblo, e igualmente lo hubiera sido su padre. Los expertos se basan para hacer esta afirmación en el nombre Barrabás procedente de dos palabras arameas, bar, hijo de; y abbá, padre; hijo de su padre. En Palestina acaso se conocía las actividades del padre y las del hijo, de tal forma que era suficiente con llamarle hijo de su padre para identificarlo. Así, era hijo de alguien popular, a su vez famoso, pero se involucró en una reyerta y fue encarcelado. En todo caso era célebre pues los judíos clamaron por su libertad. Este motín no podría haber sido anti romano ya que Pilatos no se hubiese arriesgado a liberar a un enemigo del Imperio. Sea como fuere Barrabás jugó un papel importante en la vida de Cristo y quizás después de la muerte del Señor, acabó entendiendo y se hizo seguidor de Jesús.