El índice FPI

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21 mar 2017 / 21:59 h - Actualizado: 22 mar 2017 / 07:59 h.
"Cofradías","Cuaresma 2017"

Ya advirtió el maestro Burgos que Sevilla tenía sus propios cómputos de tiempo, más exactos que un reloj suizo y más sobrados de gracia y arte. Así contaba lo de aquel nazareno del parón de una madrugada ante un puesto de calentitos y su cronometraje sin discusión del plante: de treinta y dos exactas ruedas de tejeringos. Pues igual pasa con las estadísticas y los datos. Ya podrán venir con sus encuestas y sondeos inútiles –a las elecciones me remito– los del INE, el Ipsos o el Gallup. Ya vengan a contar nazarenos, como anilladores de Doñana, los domésticos demoscopios de turno, que aquí las cosas, en lo tocante a la demografía cofrade tienen su fiable escalímetro de toda la vida: lo que haya durado la protestación de fe en la mañana de la Función Principal de Instituto (el índice FPI). Pero como este tiene también sus razonadas variables: si el quinario acabó en un puente, si es año de fríos y esa mañana estaba lloviendo, si la maratón y sus cortes echó para atrás... hay una referencia correctora que últimamente está siendo todavía más elocuente: la lista de quienes reciben las Bodas de Oro. Hasta hace poco tal categoría retrataba la gloriosa y veterana reserva de la nómina, entrañables canas que o habían sido vencidos físicamente para salir en la cofradía o acariciaban maniguetas, últimas parejas de cirios o sitio de honor en la antepresidencia. Escasos nombres detallados en orla en el boletín. Excepcional ya era que apareciese alguien que cumpliera las Bodas de Diamante y cuyo recordatorio recogía un familiar que comentaba lo pachuchillo que andaba y la ilusión que le iba a hacer. Pero eso era antes, ahora se está empezando a trasladar a otro día, por su elevado número, tal homenaje. Limitándose a los diamantinos de los 75, que ha pasado a convertirse en otro buen puñado y algunos bien jirochos y activos. La interpretación social de todo esto, sus causas, el incremento de devotos, cuándo se inició la costumbre de apuntarse al nacer, la creciente expectativa de vida, en fin, su exasperante efecto de tener ya tarjeta dorada de renfe y ni sueñes con pillar aun bocina delante del paso, qué se yo, eso lo dejo a los hispalenses Amados de Miguel que cada Cuaresma sacan un libro sobre estas cosas. Pero que llama poderosamente la atención es incuestionable, como lo es la salud que no nos cansamos de pedirles a El y a Ella y que a la vista está cada vez nos conceden más generosamente.