El niño de la Tomasa

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27 ago 2017 / 21:00 h - Actualizado: 27 ago 2017 / 22:12 h.

El yihadismo que siembra el terror no puede ser el niño de la Tomasa con ese dedo levantando argumentando el horror en base al relato apócrifo de la Inquisición en España. Es realmente patética la imagen, el personaje y el discurso del que se han hecho eco los medios como persistencia de la amenaza terrorista en España y no termino de entender qué se persigue dando publicidad y rango de veracidad a las palabras de semejante pamplina.

La cosa ha sido tan patética que este país, deseoso de descargarse de tensión, ha reaccionado colocándolo en el altar de los petimetres y ha usado sus redes sociales para ridiculizar al siniestro personaje. No nos equivoquemos, la gente no se ha tomado a broma el yihadismo, lo que ha ocurrido es que la gente ha entendido como ridícula la situación de la que se han hecho eco los medios y han usado el humor y la ironía, la mejor arma que tiene este país para mandar a paseo lo que le parece absurdo.

Hablemos claro. La amenaza del Estado Islámico no es cuestión de cuatro chavales locos que desprecian su vida y se radicalizan en las redes. Existen hoy demasiadas evidencias de que todo obedece a una intencionada y mala gestión del orden internacional en los intereses económicos y energéticos de Oriente Medio. Existen países que acusan a Qatar y Arabia Saudita de financiar la yihad por intereses geoestratégicos en los que Estados Unidos, Israel y Europa tienen mucho que callar... El problema lo percibimos tan alto que no sabemos quién tiene que tomar las medidas para que vivamos en paz. Seguro que el niño de la Tomasa no es.