El poder de la sonrisa de los padres

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11 abr 2018 / 16:42 h - Actualizado: 11 abr 2018 / 21:46 h.
"Artículos con alma"

La mirada directa es lo que conecta a unas personas con otras permitiendo que se establezcan vínculos y la sonrisa abre la puerta a entrar en nuestra intimidad. Las primeras fuentes de placer del niño son los olores, el tacto y los sonidos. Los niños comienzan reconociendo a sus padres a través de los sentidos y prefiriendo la estimulación sensorial. Coger a los niños en brazos con amor es uno de los grandes hitos para su desarrollo, porque el niño se siente seguro y cálido, relajando su musculatura, respirando profundamente, las molestias y tensiones tienden a calmarse. La tasa cardiaca se sincroniza con la de los padres, así que si la madre está calmada el niño también lo estará, si está excitada el niño también. El sistema nervioso autónomo de los padres se comunica con el sistema nervioso del niño a través del tacto. Ese tacto va a producir una profunda satisfacción que durará hasta la vida adulta y le facilitará tener una sexualidad adulta satisfactoria. Una mirada positiva de los padres y una sonrisa producen complicidad, son el estímulo más vital para el crecimiento de la inteligencia emocional y social. Mirar a los ojos es la fuente principal de información que tenemos sobre los sentimientos e intenciones de las otras personas.

El cerebro del niño crece en el primer año más del doble de su peso. El éxito de su desarrollo dependerá del número de buenas experiencias que tenga, ya que si son muchas positivas y tempranas van a producir mejores conexiones neuronales. La falta de actividad afectiva con los padres hace que las neuronas asociadas se atrofien. Al final del primer año de vida, la fase preparatoria de la infancia termina, pero mirar a los ojos y sonreír a los demás puede ayudarnos a progresar toda la vida. ~