Todos los partidos políticos con representación en el Congreso de los Diputados han jugado juntos al postureo. Se han puesto la medalla por aprobar con unanimidad la creación de una comisión parlamentaria de investigación para analizar la cara oculta en España de la crisis económica y financiera. A buenas horas, diez años después. Todos se han apuntado a ese gesto, ahora políticamente correcto, a la semana de ordenar la Audiencia Nacional que se investigue al nefasto ex gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, y a otros altos cargos de las instituciones supervisoras que se habían librado hasta ahora de ser interrogados por el gigantesco escándalo de la podrida salida a bolsa de Bankia. Ningún dirigente político, ni de los partidos ‘viejos’ ni de los ‘nuevos’, ha tenido la decencia intelectual y el decoro moral de reconocer públicamente que el impulso de esas actuaciones judiciales en defensa del bien común, y su correlato parlamentario, se lo deben al tesón de Andrés Herzog, como abogado y como dirigente del partido UPyD.
En la España posterior al 15-M han alcanzado un sueldo público, como parlamentarios o concejales, centenares de personas que sacan pecho hablando de regeneración democrática. Y no han regenerado ni su comunidad de vecinos, mientras Herzog fue quien investigó y denunció ante la Justicia el vergonzoso abuso de las ‘tarjetas black’ en Cajamadrid. Gracias a su labor durante cinco años, pleiteando y favoreciendo el esclarecimiento de los inmorales sobresueldos, ayer la Audiencia Nacional ha condenado a dos ‘intocables’ del sanedrín fáctico: los ex presidentes Blesa y Rato, y a 63 consejeros que se aprovecharon de la ‘barra libre’ (entre ellos, un ex ministro, un ex jefe de la Casa Real, empresarios, sindicalistas...). Un hito en la Historia de España, cuyo ‘Defensor del Pueblo’, Herzog, entretanto vio cómo se hundía su partido, después ostentó su liderazgo y en las elecciones de 2015 ni él logró mantener su escaño. A continuación dejó la política, pidiendo auxilio para seguir sufragando los costes judiciales de las causas abiertas años atrás desde UPyD contra la corrupción sistémica, hasta desembocar al fin en la sentencia proclamada ayer.
La soberanía nacional es de todo el pueblo español y está residenciada en el Congreso de los Diputados. Por ello podemos solicitar una comisión de investigación para analizar cuáles de los 350 diputados y diputadas actuales han hecho más que el ciudadano Andrés Herzog por sanear España.