En términos futbolísticos, ese jugador capaz de salir desde el banquillo y cambiar el sino de un partido. Al uso, lo que ha sido Gameiro en el Sevilla hasta el momento. Sí, hasta hace bien poco. Y eso que no le gustaba un pelo jugar ese papel en este equipo. Pero es que la sombra de Bacca sigue siendo alargada. Al francés le está costando asumir este rol o al menos eso desprende después de haber sido titular en dos partidos importantes, el que enfrentó a los de Emery al Barça en la final de la Supercopa y anoche ante el Málaga en el debut liguero. A poco que Immobile se entone o llegue la pieza que falta en el puzzle, Kevin tendrá que volver a esa situación que antaño le incomodaba tanto pero que, al menos por ahora, es la que mayor rendimiento le ha permitido ofrecer desde que llegó a Nervion.
Tiempo tiene. Hasta el momento, ni Llorente ha llegado, si es que acaba haciéndolo, ni Ciro está óptimo para afrontar tal responsabilidad. Esto no ha hecho más que empezar y a buen seguro volverá a tener la oportunidad de seguir desempeñado el rol de referencia absoluta en el ataque, pero eso sí, aquí un puesto en el once se vende caro y no tiene pinta Emery de regalar nada a nadie. Le va a tocar trabajar como al que más si quiere seguir siendo el nueve, y no sólo porque luzca ese dorsal en su camiseta. A un delantero de este nivel, se le exige más, mucho más de lo que ha ofrecido hasta ahora.
Desconozco si esta situación provocará o no una reacción en la planta noble pero bien haría la directiva en echar el resto para que llegue el ansiado delantero. Además, si hay un año para afrontar una inversión así, es este. Al margen de la escasez en lo que a efectivos se refiere, este es el año para dar ese paso al frente que te permita seguir cabalgando entre los mejores y para eso, hay que gastarse el dinero. Tiempo tienen por delante, aprovéchenlo.