El Señor Lobo

Image
02 sep 2018 / 23:21 h - Actualizado: 02 sep 2018 / 23:21 h.
"Tribuna"
  • El Señor Lobo

TAGS:

Suena el timbre de la casa y Jimmie Dimmick abre la puerta. Al otro lado se encontraba un hombre de mediana estatura, con traje negro y pajarita del mismo color, camisa blanca, peinado con gomina hacia atrás y un bigote estilo lápiz que reforzaba su seriedad. Y entonces pronuncia la frase, esa frase que pasó a la historia del cine y a la que recurrimos continuamente en nuestra vida cotidiana cuando nos vemos envueltos en una situación similar: «Soy el Señor Lobo, soluciono problemas».

¡Qué gran película Pulp Fiction!, de esas que no nos cansamos de ver una y otra vez. Y es curioso que, a pesar de los pocos minutos que aparece en ella el Señor Lobo, al que dio vida el mítico Harvey Keitel, es quizás el personaje de la película al que en mayor número de ocasiones hacemos alusión. Será quizás porque representa algo demasiado cotidiano.

Todos recordamos la escena. A Vincent Vega, interpretado por John Travolta, se le dispara accidentalmente el arma dentro de un coche y revienta la cabeza de Marvin. El coche se llena de sangre y restos de cerebro. No saben qué hacer y su jefe envía al Señor Lobo para que solucione el problema. El Señor Lobo llega y pone a Vincent Vega y a Jules Winnfield, al que da vida un excelso Samuel L. Jackson, a fregar el coche por dentro. Cuando el coche está limpio les propone que se cambien de ropa, dado que las suyas estaban manchadas de sangre. Ellos se miran continuamente, extrañados, como diciendo «no sé por qué, pero esto a mí me suena a cachondeo». Cuando están los dos vestidos con unas ridículas calzonas y unas camisetas que les proporciona Jimmie, este les indica que hay que llevar el coche al desguace de Joe el Monstruo, con el cadáver de Marvin metido en el maletero. Llegan allí, dejan el coche y el Señor Lobo se va a almorzar con la hija de Joe, dejando a Vincent y a Jules en la puerta del desguace, vestidos de forma ridícula, y les dice que cojan un taxi y se vayan a casa. Y lo más cómico de la escena es que ellos le dan la mano con respeto al Señor Lobo y le dicen: «Señor Lobo, ha sido un verdadero placer verle trabajar», cuando en realidad los que han trabajado han sido ellos en todo momento y lo que el Señor Lobo ha hecho tan sólo es ponerlos a trabajar y dirigirlos con determinación.

Se trata de una escena magistral en la que Quentin Tarantino refleja perfectamente a esas personas que supuestamente son líderes pero que en realidad tan sólo son personas que saben perfectamente lo que hay que hacer ante cualquier situación y no pierden la compostura. Fíjense en que el Señor Lobo tiene una personalidad fuerte, muy fuerte, analítica y enfocada en la solución de problemas. Es un personaje que cumple perfectamente con el estereotipo de: «O se hacen las cosas a mi manera o me voy. Si mi ayuda no es apreciada, que tengan suerte». En la escena vemos a unos nerviosos Vincent y Jules, superados por la ansiedad por lo sucedido y sin saber qué hacer para solucionar el problema que tienen. Sin embargo, el Señor Lobo les ofrece una solución muy sencilla, tan sencilla como limpiar lo manchado, cambiarse de ropa y deshacerse de la ropa manchada, del cuerpo y del coche, algo que parece fácil, visto desde la perspectiva del espectador, y que te hace reír ante lo absurdo de la situación. Todos pensamos: «¿Y para eso viene el Señor Lobo?». Sin embargo hay muchas personas que necesitan a un Señor Lobo y por eso se hace el líder de la situación de manera fácil, porque le necesitan, necesitan ser mandados. Él tiene todas las herramientas para afrontar el problema sin esforzarse y sin inmutarse. «Yo pienso deprisa, hablo deprisa y necesito que actúen deprisa si quieren salir de ésta». Incluso él mismo reconoce que ha sido demasiado brusco dando las órdenes, por lo que recurre al sarcasmo para aliviar la tensión de la situación, diciéndoles a los dos matones que les dará un caramelito cuando limpien el coche.

El Señor Lobo tiene una personalidad líder. Pero, ¿es un líder realmente o lo hacen líder Vincent y Jules porque les conviene, ante su falta de iniciativa? Dicho de otro modo, ¿hay personas que necesitan ser dirigidas hasta para las tareas más simples y cotidianas? Parece que no tiene miedo a hacer las cosas que a muchas personas sí les daría. Él hace las cosas porque sí, y parece que funcionan de maravilla. Durante toda la escena vemos lo calmado que está, tomándose incluso un café mientras los dos sicarios le dan al estropajo dentro del coche. Incluso cuando el personaje interpretado por Travolta, un matón sin escrúpulos, con un pistolón en la cartuchera, le dice al Señor Lobo que le pida las cosas por favor, este le desafía, tan sólo con el café en la mano y le dice: «Escúcheme amigo, yo no tengo que pedirle nada por favor, tan sólo tengo que decirle lo que tiene que hacer». Es inmune a amenazas porque tiene todas las cartas a su favor para tomar el control de la conversación. Vemos como el Señor Lobo va estableciendo metas a corto plazo y sabe dar la recompensa justa y necesaria, sin pasarse mucho, como cuando da la enhorabuena a los dos sicarios pero a continuación les dice: «Pero no empecemos a chuparnos las pollas todavía», dándoles a entender que si no continúan hasta la meta, de poco servirá lo logrado hasta ese momento. Tiene una clara predisposición a hacer las cosas a su manera, sin obligar a nadie, tan sólo hace que los demás quieren adoptarla.

La pregunta es: ¿deberíamos ser como el Señor Lobo? Porque, a pesar de que los personajes lo respetan y se sale con la suya, no deja de ser un cretino, sin ningún sentido de la moralidad. Y ahí está el principal problema del personaje, que tiene una perspectiva limitada y en nuestro día a día es vital tener en cuenta a otras personas.

En definitiva, que si usted es dirigido por un Señor Lobo, hágaselo mirar.