Cuántas veces es mejor ser listo que inteligente. Y en estos días lo hemos vuelto a comprobar en nuestra Sevilla inamovible y de rancio abolengo. Una hermandad de vísperas ha ejercido su derecho –tal y cómo recogen los estatutos del Consejo– de solicitar formalmente su inclusión en la nómina de hermandades que hacen estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral. La Milagrosa ha sido lista, vuelvo a repetir. Y eso la hace inteligente. Porque quien da primero, da dos veces, nos dice la sapiencia popular. Y aunque hace algunos meses, su hermano mayor, Javier de Martos, adelantó la creación de una comisión para tal cometido, nadie esperaba una respuesta tan rápida y a la vez, tan contundente. Una propuesta sin prisa pero sin pausa. Con un más que trabajado estudio técnico, artístico e histórico para fundamentar el por qué. Y es lista e inteligente, porque se prevén cambios en la calle San Gregorio y nunca se sabe en qué dirección puede soplar el viento. A sabiendas de que hay otras tres hermandades con esa petición formulada, se ha producido un movimiento inesperado. Tanto es así que más de uno, tuvo que espetar con palabras enfundadas en tintEl a venenosa, ya sea en un medio o en una red social, su sorpresa y a la vez, el miedo.
Inevitablemente vivimos en esa época donde delante de todo, va el dinero. Y las vísperas, pues son vísperas. Y eso no es así. Pero tampoco vayan a creer que intentan dar el paso de llegar a la Catedral por dinero solamente. ¿Comprenden que ahora es cuando más se hable de Ciudad Jardín? ¿Qué puedan tener esos hermanos el anhelo de hacer estación de penitencia a la S.I.C.? El sí de La Milagrosa tiene toda la razón del mundo. Ha pedido algo a lo que tiene derecho. Y ha sido capaz de entender que es un proceso largo y tedioso, por lo que hay que prepararlo bien. No es un experimento. Más de 1.500 hermanos y un crecimiento de nazarenos del 41% el año pasado, teniendo más que alguna hermandad de la nómina. Dos imágenes titulares de una enorme calidad y un estilo claro que empieza a implantarse de forma definitiva. Ese sí es valiente, como han de ser los cristianos. Y orgullosos se van a mostrar y aunque no lo crean, el tiempo seguramente les dé la razón. Hay que abrir la mente. Dejar que el viento se vaya llevando las hojas secas que solo hacen estorbar y dejar paso a la verdad de que la fe, debe ir más allá de números y de intereses.
La Milagrosa tiene la Esperanza con ojos de Dios. Y un Rosario en la mano para caminar rectos. Ese sí es la bendita revolución de hacer Iglesia y de no conformarse con poco. Dios nos quiere siempre como apóstoles peregrinos. Tengan ustedes un buen verano.