Me ocurrió hace poco tiempo algo curioso y para mí divertido. Con alguna frecuencia suelen contactarme medios de comunicación, siempre externos a Sevilla, aquí no levanto simpatías, precisamente, para qué me voy a engañar. Quieren saber mis opiniones sobre esto o lo otro. En esta ocasión fue la agencia de noticias y cadena de radio rusas Sputnik –con sede en Buenos Aires- que pretendía que unas horas después entrara en directo para hablar de los siguientes temas: la carta de López Obrador al rey para que pidiera perdón por haber metido a América en la historia y las elecciones en España.
Como ya me sé de qué va este rollo de la comunicación y los intereses que hay detrás, les dije por adelantado que tuvieran en cuenta que yo estaba contra López Obrador en ese aspecto de la carta. Entonces me respondieron que me llamarían más tarde para confirmar. Y, en efecto, más tarde me llegó un mensaje: hemos cambiado de tema, lo dejamos a usted para otra ocasión.
Podía haberme callado, no avisarles y luego en directo largar contra la carta y que Putin y sus medios de comunicación aguantaran el chaparrón. Pero preferí avisar. El mensaje posterior me llenó de alegría. Iban a cambiar de tema y me daban las gracias por mi predisposición. Si, como pienso, querían utilizarme de tonto útil para que les dijera que López Obrador tenía razón, pincharon en hueso y ya no me llamarán más. A mí no me gusta salir en los medios y menos para ser utilizado. Me imagino la correlación geopolítica. Como Rusia apoya a Venezuela y López Obrador también, no querían quedar mal con López Obrador y ahí que iba a salir el catedrático español apoyando la estupidez del presidente azteca. El catedrático es célebre si dice lo que quieren que diga y, si no, no sirve. Cuando la Ser o la Cope contactan con un catedrático para que analice un asunto suele ser de la cuerda de esas respectivas empresas pero eso se le oculta al receptor al que se le da lo que quiere oír.
Putin no me cae mal, al revés, hacen falta tíos como ése, firmes y que nos libren del yihadismo aunque a Occidente le haya fastidiado que lo haga en Siria y no lo haya celebrado porque el entreguismo a Trump es vergonzoso. Me cae bien el López Obrador que ha tomado medidas sociales de inmediato para combatir la pobreza en México y contra el narco pero no el indigenista demagogo.
El sociólogo francés Pierre Bourdieu dice en su ya clásico libro Sobre la televisión que toda persona competente ha de evitar salir en la caja tonta precisamente por tu tontuna. Tomo nota, es buena la visibilidad para quienes pensamos y escribimos y por eso me leen ustedes aquí pero de ahí a permitir que te tomen por el idiota que va a hablar o escribir al dictado va un abismo. Una vez en Canal Sur TV intervine en una tertulia en directo y, en el intermedio, desde realización le dieron a la presentadora por el pinganillo unas consignas que proyectó a los públicos al acabar la publicidad, matizando mis palabras, sin nombrarme. Fue fabuloso, jamás me han vuelto a invitar. No es lamentable para mí porque confirma todas las hipótesis con las que trabajo académicamente. Si no eres controlable y piensas por ti mismo el precio a pagar es el aislamiento y la soledad. Cuando esto deje de ser así, cuando tengan en cuenta lo bueno que es un proyecto y no vean quién lo ha hecho para comprobar si es o no de la cuerda, España y Andalucía habrán dado un gran salto hacia la democracia real, no clientelar.