Manuel Ruiz de Lopera, después de pegarse varios lustros presumiendo de ‘tonta’, canalizaciones y salvamentos varios, compareció ayer ante el juez para decir que no tiene nada que ver con Farusa, entidad demandada por un grupo de accionistas béticos que consideran que no desembolsó 36.869 de las 60.327 acciones tituladas a su nombre y que le permitieron hacer y deshacer en el Betis a su antojo desde 1992 a 2010.
Ahora resulta que el famoso vídeo de la salvación del Betis en 1992, con Reinaldo, el gerente, la secretaria, el economista y el abogado, que él mismo puso en circulación, era en realidad una película de ciencia ficción. O un cómic. Lopera hace tiempo que perdió la credibilidad. Ayer, como en el juicio concursal o en la instrucción del Penal 6, intentó por todos los medios que la vista se suspendiera, pues no parece muy interesado en que se conozca la verdad sobre los tejes y manejes que durante 18 años hizo en el Betis. La justicia es lenta, pero al final suele poner a cada uno en su sitio. Y a Lopera le está llegando ya la hora de quedar retratado.