¡Cosas del zoquete de mi primo! Lo encontré en el bar y me invitó a una cerveza:
-¿Sabes que soy un “incidente menor” de los que dicen en la tele que ha habido en las elecciones?
-¿De veras, qué te ha pasado, tío?
-Pues, nada, que te hice caso: me decías que todos los partidos tenían algo bueno y malo, que no te satisfacía ninguno, que a todos les cortarías unas cosas y les pegarías otras de los demás....
-Claro, claro, pero te dije que, como eso no era posible, votaras al que te pareciera menos malo.
- Sí, sí, pero tu primo pensó que lo más práctico sería votar a todos y que se arreglasen entre ellos para eso de quitar unas cosas y poner otras.
-Pero ¡qué ocurrencia! ¿qué hiciste, tío?
-Pues, que me presenté en la mesa C con un fajo de sobres y el Presidente me dijo que solo podía meter un sobre blanco y un sobre sepia. Y le dije que ¿por qué no? si los sobres no eran para un solo partido. Le enseñé los sobres abiertos con las listas de todos los partidos y le dije que mi voto así era más equitativo porque todos tenían algo bueno y que así mi voto no estaría sesgado ni cojo. De nada valieron mis argumentos. Hasta me llegó a decir que llamaría a la policía si seguía insistiendo. Así que cogí un sobre con el menos malo y lo metí, para no dejar de votar, porque tú me dijiste que lo de la abstención no era democrático.
-Desde luego primo, parece una barbaridad, pero algo de razón llevabas.
- ¡Claro que sí! Si todos votásemos por todos, estarían empatado y tendrían que ponerse de acuerdo entre ellos para hacer cosas en favor de los ciudadanos. Seguro que se pelearían menos entre ellos y pensarían algo más en todos nosotros