Los medios y los días

Embarazadas

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30 nov 2018 / 07:00 h - Actualizado: 29 nov 2018 / 17:33 h.
"Los medios y los días"

Por los medios de comunicación vi embarazada a Teresa Rodríguez, de Podemos, en el debate electoral para las elecciones de primeros de diciembre en Andalucía. Me gustó eso más que el debate, fue el mensaje más efectivo y hermoso de ese encuentro político. En las elecciones andaluzas anteriores a ésta de diciembre, la embarazada era Susana Díaz, ya felizmente madre, pero no me gustó tanto su imagen porque me parece que la utilizó demasiado electoralmente. A Teresa se la ve más recatada. A mí me parece que estas dos mujeres alfa se tienen una inquina que va más allá de lo político. Sin embargo, el ejemplo de ambas es muy importante en estos tiempos donde da la impresión que engendrar y parir es un delito. Cuando lleguen las Navidades le pondré a mi hija, de 10 años, la película –a la que llaman casposa los progres- La gran familia. Se la puse hace cuatro años y desde entonces ella sola me la pide y eso que es una nativa digital que, no obstante, no ignora la importancia de los libros, entre otros motivos porque se lo recordamos y razonamos en casa. No hay que tener miedo al qué dirán, ya sé que no se pueden tener hijos por los abusos laborales decimonónicos que hoy abundan, ya sé que a Dios rogando y con el mazo dando, que por una parte muchos golpes de pecho mirando al cielo y por otra jodiendo a los vivos que sobreviven en la tierra y no pueden ni procrear. Criticábamos a los chinos cuando impusieron el hijo único, aquí no hace falta hacerlo, la democracia tiene más glamur y te mata sin publicarlo. Pero hay que incendiar el mundo, si hace falta, para poder ejercer el derecho a tener y educar hijos porque los hijos son la prolongación no sólo de la especie sino de nosotros mismos, son el sentido principal de haber pasado por este mundo que no es tan cruel como parece, más que cruel es apasionante y ahora estamos aquí, en la lucha diaria, mientras en otros lugares permanecen quietos unos paisajes sosegadores y unas gentes, en el buen sentido de la palabra, buenas, que proclaman lo acertado que es estar en esta existencia. Luego se prepara uno para morir y en paz, misión cumplida, ahí quedarán unos hijos y unas hijas fuertes para intentar sembrar en esta tierra un bienestar mayor dentro del desafío que es vivir.