Esta semana es la más importante para la entidad en todo lo que llevamos de temporada. El próximo jueves se decide el pase a una nueva final y, aunque para algunos haya dejado de ser novedad esta situación, bien haría el club en no confiarse ni un pelo y la afición en dejar de pensar que está todo hecho. Entiendo que los vuelos a Varsovia suban de precio por segundo y que el personal ande como loco contratándolos para intentar lograr la conexión más económica, pero ojo: ya sabemos cómo son estas cosas. Yo que usted, si es de esos que ya contrató el vuelo, le añadiría un seguro, por si las moscas. Puede parecer que quien le escribe quiere aguarle la fiesta. Ni mucho menos. Simplemente pretendo advertirles. Lo del jueves es tan decisivo e importante como lo de la semana pasada en Nervión e incluso, si lo prefiere, la semana siguiente en Polonia.
La seguridad que imprime este equipo, o mejor dicho, que ha impreso durante toda la competición nos lleva a todos, incluyo también a los medios de comunicación, a una euforia desmedida que creo que ayuda poco o nada a los intereses de la entidad, curiosamente la que se ha mostrado más cauta en todo lo relacionado con la hipotética final.
Hay que echarla al suelo, que diría aquel, y creer con mesura en que es más que probable que el Sevilla vuelva a estar en una final, pero antes, con la misma mesura y humildad, certificar de una vez por todas el paso previo. Los italianos no lo van a poner nada fácil. Tienen su orgullo, quieren una final tanto como los sevillistas y van a apretar todo lo que puedan y más. Y es que el equipo de Unai sigue siendo el rival a batir y al que teme hasta quien no se ha enfrentado a él. Y para muestra, un botón: hasta el presidente del Nápoles se quejaba amargamente de actuaciones arbitrales, según él, favorables al Sevilla. Preocúpese de estar en la final y deje de mirar lo que ocurre en otros sitios. La entidad que representa no sólo tiene sino que debe estar en Varsovia. Ocúpese de ello. No lo tiene ni siquiera encarrilado.
Dicho lo cual, el jueves hay que volver a salir con la misma intención que la semana anterior. Sólo así se asegura poder estar en la final. De lo contrario, Dios dirá.