En las narices de Blas Infante

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29 nov 2015 / 18:05 h - Actualizado: 29 nov 2015 / 18:06 h.
"Memoria histórica"

Leo con tristeza la desconsideración del alcalde de Coria del Río con el monumento a las víctimas del franquismo en esa ciudad. Según dicen, de madrugada, como se llevaron a Blas Infante y a miles de andaluces, ha mandado desmontar el monumento de recuerdo a las víctimas del franquismo para llevárselo a «otra parte». Como a los asesinados por los falangistas, se lo han llevado a otra parte por orden directa del alcalde. Triste coincidencia.

Argumenta que todo es fruto «de una decisión vecinal». Cuando determinados personajes de la política toman como burladero de justificación la decisión vecinal, me da por pensar mal, muy mal. Me da la impresión de que utilizan la democracia en sentido injusto, algo así como arrimar el ascua a su sardina y convertirla en una especie de sistema populista y hueco. La «decisión vecinal» de la que habla el alcalde es un populismo impropio para un pueblo que respeta a su gente, esa «decisión vecinal» es una especie de escupitajo a quienes pagaron con su vida la defensa de la democracia, antepasados de muchos corianos silenciados durante años. Mal vamos si no respetamos a nuestros muertos, aquellos que dieron la vida por una España diferente a la franquista. Mal vamos si no entendemos, o no queremos entender, que democracia y justicia no siempre van de la mano y que una tergiversada decisión vecinal nunca puede ser antepuesta a la justicia y a la deuda que tenemos con las víctimas del franquismo. Creo que no es alcalde andalucista, creo que sólo es un cobarde que manipula las decisiones vecinales. Mal vamos.