La Organización Mundial de la Salud ha alertado a la Comisión Europea sobre la peligrosa epidemia que detecta en España. Epidemia de mentiras. Viral a más no poder. Con profusión de focos detectados en los recintos más solemnes del poder. Ejecutivo, Legislativo, Judicial o Académico. Qué difícil es sobrevivir en ese ambiente infectado para quien se esfuerza a diario con la verdad por delante. Los primeros síntomas del contagio pasan desapercibidos porque desde multitud de organismos propagan el virus de modo envolvente y con efecto placebo. Quien reacciona y se vacuna con una buena dosis de ética, ha de fortalecer sus defensas porque está expuesto a cuatro operaciones de riesgo: dejar de ser tenido en cuenta, experimentar el vacío a su alrededor, habitar los pasillos de la defenestración, o incluso ser investido con la camisa de fuerza destinada a los locos que dicen la verdad.
En busca de identificar la cepa y sintetizar cuanto antes un antídoto para poner coto a este brote tan contagioso, el comité de crisis de la OMS ha analizado en su sede central, en Ginebra (tan cerca de Iñaki Urdangarín, Marta Rovira, Anna Gabriel y las cuentas bancarias de Luis Bárcenas) muestras tomadas en toda España. Como la declaración de Cristina Cifuentes en el parlamento madrileño sobre sus estudios; la exhibición de un acta certificada con varias firmas por parte de un rector universitario; el testimonio de Manuel Chaves en un tribunal andaluz sobre sus responsabilidades como presidente de un gobierno; la retahíla en el Supremo de Turull, Trapero, Junqueras y Cía. sobre sus actos de desobediencia desde sus coches oficiales; o el desmentido de Carolina Bescansa, pronunciado en la sede de la soberanía nacional, sobre su documento para disputarle a Pablo Iglesias el control de Podemos.
Mientras los epidemiólogos determinan un remedio molecular, y en vísperas del 23 de Abril, Día Internacional del Libro, la OMS ha ordenado que en todas las farmacias, tan repletas de 'parafarmacia' no medicamentosa y de culto al cuerpo, se dispense como genérico de prescripción obligatoria 'Sobre la Educación', de Emilio Lledó, cuyo subtítulo es 'La necesidad de la Literatura y la vigencia de la Filosofía'. Poderoso reconstituyente para las personas que se sienten asfixiadas por tanto negacionismo, tanta apología de la ignorancia, tantas invitaciones a considerar que todos somos iguales, tantas campañas para aceptar que da igual ocho que ochenta, tantas tentaciones para hacernos el tonto. La antología de artículos de Lledó es una fórmula magistral que, a modo de prospecto, así puede resumir su principio activo: “Las Humanidades nos aportan conocimiento y capacidad de reflexión crítica. La importancia y necesidad de los grandes conceptos (Justicia, Bien, Verdad) es algo que aprendemos de leer filosofía, de leer literatura”.