Íñigo Errejón tiene un puntito de arte. El tío es elegido en primarias para ser el candidato a las elecciones de la Comunidad de Madrid por su partido, que él ayudó a nacer, Podemos, y decide ir por otra plataforma electoral, Ahora Madrid, de la mano de la señora Carmena, la alcaldesa de Madrid, sin notificarlo o anunciándolo un cuarto de hora antes de lanzar la noticia y hacerlo oficial. Se enfadan en Podemos, con toda la razón, y el singular político madrileño de aspecto de adolescente, parece decir como Gila: “Pues si no sabes aguantar una broma...”. Tiene todo el arte. Lo ha hecho de esta manera por despecho, sin duda, al sentirse maltratado en su partido y creerse mejor que los que mandan por encima de él. Se cree con fuerza para jugar este rentoy y lo ha hecho aprovechando que Pablo Iglesias estaba cambiando pañales y podando los rosales en Galapagar. Es para que lo cojan Echenique e Irene Montero y le den una tunda que se le caiga el pelo. Y lo más gracioso es que considera que no ha hecho nada malo, sino algo muy bueno, sumar y recuperar el espíritu del 15M. Una hora estuvo el sábado en La Sexta, en su tertulia política, y no fue capaz de aclarar por qué había actuado de esa manera tan infantil. Esta es la izquierda que tenemos en España, siempre con problemas y dividida, mientras la derecha o las derechas se reorganizan tras cada fracaso. Ahí tienen al PP, saliendo a flote tras su etapa de corrupción más vergonzosa, liderado por un Pablo Casado que tiene el apoyo de un Aznar que parece querer volver, si es que alguna vez se fue. Y a Ciudadanos, creciendo e incluso gobernando ya en la región más importante de España, como es la andaluza. De Vox no digo nada más, que no quiero que me vayan a quemar los rosales, pero ahí están. Pues nada, señores y señoras de la izquierda, sigan hablando de franquistas, fascistas y capitalismo salvaje, mientras la derecha les roba la cartera. Continúen desenterrando a Franco, que estábamos que no dormíamos con este asunto. No dejen de hacer los imbéciles.