Errejón y el jamón 5 Jotas

Image
Manuel Bohórquez @BohorquezCas
08 nov 2018 / 06:29 h - Actualizado: 07 nov 2018 / 17:31 h.
"La Tostá"

TAGS:

Errejón me gusta, sinceramente. Mucho más que su jefe, que no me gusta nada porque se ha comprado el cortijo antes de ser matador de toros, por utilizar un símil taurino, cuando hablaba de que siempre viviría como un sencillo torerillo de Vallecas. Escuchas a Errejón hablar de Venezuela y te preguntas que por qué no se ha afincado allí, donde Maduro le daría un buen cargo sin titubear lo más mínimo, porque este chaval habla desde la experiencia, dada su impresionante carrera política jalonada por innumerables éxitos.

Me quedo maravillado cuando nos dice por la tele cómo hay que hacer las cosas en España, cuando hasta los que chanelan y tienen experiencia de gobierno no lo saben muy bien. Ni siquiera el Tribunal Supremo, que dijo que los impuestos de una hipoteca los tendrían que pagar los bancos y después de leerse bien los papeles resulta que no, que deben correr a cargo de los ciudadanos, aunque Sánchez piensa dar solución al problema y el desaguisado.

Ha dicho Errejón que en Venezuela se come tres veces al día, pero no qué y de qué calidad. A lo mejor se alimentan de jamón 5 Jotas, porque según me comentó hace dos días el mejor carnicero de Mairena del Alcor, Kisco, se han agotado hasta el punto de que no se puede cubrir la alta demanda que hay en todo el país e incluso en el extranjero. Un jamón 5 Jotas necesita una curación de tres años como mínimo y está tan solicitado que no hay manera de estar preparados para tantos pedidos, sobre desde un país como China. Los chinos han probado el jamón de pata negra y el flamenco de Jerez y no habrá manera de evitar que agoten todas las existencias de una cosa y de la otra.

En Palomares del Río comíamos también tres veces al día, pero los niños teníamos menos carne que el cocido de un vegano. En Cuatro Vientos, en los años sesenta, se morían las gallinas de morriña, las enterraban en el estiércol y había criaturas que las desenterraban, las hervían y se las comían. En Venezuela hay hambre y hay quien da una pasta, el que puede, por tres cabezas de ajo. Según Maduro, todo es responsabilidad de los Estados Unidos, algo orquestado para poder derrocarlo. Pero quienes tenemos amigos en Venezuela sabemos bien el hambre que hay y la escasa calidad de lo que se come. Y que la miseria no alcanza al presidente ni a los de siempre.