Definitivamente no somos conscientes de la importancia de la procesión del Corpus Christi. No me refiero a lo que supone para la ciudad, para la que puede ser un atractivo turístico más, como el de Granada o el de Toledo, que, en esto, el Ayuntamiento ya ha dado muestras de saber lo que tiene entre manos. Se trata de cada uno de nosotros, de los que participamos o presenciamos esta procesión, sí, a veces, tediosa, pero quizás precisamente por no conocer los detalles del cortejo, nos formemos un poco mejor.
Cada uno, por su parte, está tomando cartas en el asunto: el Ayuntamiento ha alentado la colocación de altares y escaparates para hacer más atractiva y participativa la víspera. Hasta los comerciantes ofrecieron sus escaparates para que los decoraran. Y los primeros frutos de esta medida se han recogido este mismo año: más hermandades se han animado a montar altares, más balcones y más escaparates han lucido para la ocasión, aunque parece que aquella calle Acetres vestida de arriba abajo de encajes, mantones y antigüedades ha quedado para la historia. Ciertamente esto requiere un esfuerzo de los priostes, una vigilancia expresa durante toda la noche –el de San Isidoro tenía un vigilante privado–, flores –preciosos los exornos de todos este año–, transporte... en definitiva, también una inversión extra de cada hermandad.
Sin embargo, algunas juntas de gobierno han visto en esto la oportunidad de dar conocer su compromiso, su patrimonio o promocionarse de alguna forma. El portentoso altar de la Divina Pastora de Santa Marina, en la fachada del Mercantil, seguía la estela de otras corporaciones de años anteriores. Andrés Martín, su hermano mayor, repartía folletos para promocionar las visitas guiadas y dar a conocer la historia de esta devoción. Pero también San Gonzalo, que prepara minuciosamente la coronación de su dolorosa, la Virgen de la Salud –el 14 de octubre en la Catedral–, ha estrenado altar en la Avenida. El Amor, Pasión, las Siete Palabras y otros colectivos –como la asociación de pacientes con piel de mariposa y una asociación cofrade de Sevilla Este–, además del que preside la Hiniesta en el Ayuntamiento y el Señor de la Cena en el Palacio Arzobispal, han aprovechado la ocasión que brinda el Corpus como escaparate –y para recoger donativos: algunas repartían ramitos de espigas de trigo–.
Por otra parte, el arzobispo ha animado a recortar las extensas representaciones y a participar más presenciando el cortejo –en Huelva, el obispo ha ordenado suprimir las misas de todas las iglesias en el tiempo que dura la procesión de hoy para que los fieles la presencien–.
Queda que también los fieles seamos conscientes de lo que estamos viendo para que el Corpus en Sevilla vuelva a brillar más que el sol.