Feliz Navidad, felicidad allá donde se lucha por poder vivir y vivir sin que nada te haga infeliz, donde la infelicidad sea un mal recuerdo y los recuerdos sean las fotografías el alma; donde al alma sea la esencia de la persona y la persona sienta la pasión en su corazón... Donde el corazón de llene de emociones y las emociones despierten los sentimientos de lo que nace, de lo que perdura o de lo que no se olvida. Que el olvido sea parte del rincón de los olvidados y nos olvidados aparezcan allá donde el perdón y la redención llega. Donde se llega con esfuerzo y el esfuerzo es parte de la vida.
La vida, esa misma que deseamos tener y que en muchas ocasiones se tiene y en otras, la mayoría, se sueña. Los sueños donde se hacen realidad muchos deseos imposibles y se desvanecen al despertar para siempre desear estar sumidos en ese mismo sueño, que nunca acabe, que siempre se esté en la dulzura de lo que se quiere, de lo que realmente se quiere.
Tradiciones por costumbre o costumbre por tradiciones... Qué más da.
Buceamos en el interior de la persona, de nosotros mismos, en no pocas ocasiones al año aunque, quizás, pocas veces se encuentra esa esencia tan escondida en ese rincón del olvido donde el olvido no se puede describir con palabras y donde residen las verdades de cada ser humano, aquellas no se suelen mostrar, quizás la parte más íntima que tenemos, la más nuestra...
Fachadas, apariencias, máscaras contra pasiones, sentimientos, emociones, verdades. La vida y la existencia, dos cosas diferentes, una es, la otra se siente... Una paradoja hecha Vida y la vida hecha con amor, deseos, trabajo, amigos, familia, suerte,...
Todo es parte de todo. Jamás podremos saber lo que sienten otros seres humanos más allá de lo que muestran o lo que dicen sentir... Dentro queda lo que realmente son y como son. Sentir... Vivir... Emocionarse... Navidad o Feria, Feria en el corazón aunque sea en diciembre, feria donde laten los sentimientos. Sea como fuere, sientas como sientas, saca del olvido tu esencia... Feliz Navidad.
Con mis mejores deseos, Jose Manuel García Bautista