Esperanzas

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15 dic 2017 / 20:37 h - Actualizado: 15 dic 2017 / 20:38 h.
"Pareja de escoltas"

La espera de la Navidad tiene en Sevilla un prólogo íntimo que nace en la Puerta de la Macarena y se derrama por las rondas mientras busca el compás antiguo de la Trinidad y la parroquia de San Roque. Es un secreto compartido –trajín de loterías, ilusión, incienso, vaho y humo de castañas en el aire frío– que cruza el río por el Puente de Triana y se bifurca en las dos Trianas: la marinera de Pureza y Santa Ana y la alfarera de Callao y Castilla. Es un recorrido que vuelve al corazón de la ciudad para llenar de luz, «hágase en mí según tu palabra», la iglesia de San Martín después de atravesar un Belén pequeño y febril –hormigueo humano, compras menudas en José Gestoso– para adentrarse en los recovecos de la Sevilla interior. La fiesta de la Expectación, cada 18 de diciembre y sus vísperas, inaugura otra espera y supone el primer y más auténtico barruntillo de la cada vez más cercana Semana Santa, que se hace presente en el lujo y las colas de los besamanos, en el olor a cera y a incienso nuevos y en las flores invernales que se mezclan con las inevitables luces chillonas de las calles y la escalada de compras de última hora en las que se ha convertido la navidad, con minúsculas. Todos esos caminos, una y otra vez, volverán a cruzarse bajo el Arco que abre la puerta del cielo y franquea la gloria que desciende del camarín que soñó Marmolejo. No dejen de ir; saldrán confortados.