Vayamos por parte, Weber-Lugten es una galería de arte sevillana, situada en uno de los Barrios más populares y emblemáticos como es el del eje Macarena-Pumarejo. El nombre obedece a los apellidos del propietario y director de la misma, Edward Weber-Lugten quien al nombrarla así, rinde desde aquí a Luxemburgo -su país natal aunque sevillano por elección- un homenaje de recuerdo a sus padres. La galería lleva ya once años abierta, lo que es todo un mérito al ser coincidentes con los de la recesión, aunque el mundo del arte salvo para unos pocos, sepa bastante de esta y de la dificultad que tiene cada día de seguir adelante, pintando, esculpiendo, haciendo collages, modelando, etc. o abrir las puertas de una Galería como es su caso, lo que viene a ser en bastantes ocasiones sobre todo si se es “independiente”, prácticamente lo mismo.
La exposición actual, que estará abierta hasta el 30 de marzo, lleva por título “Es cultura” y como su nombre indica y puede verse in situ, se trata de un juego de palabras ya que todos los autor@s representados: Veredas López, Ffernando Bono, Algobi, Ana Quesada y Adriana Torres, han optado por esta técnica de la escultura revirtiéndola en diferentes materiales, como pueden ser politileno termoplástico, bronce fundido y patinado, aluminio a la cera perdida, madera en su color y papeles, o videocreaciones y escayola de dentista.
Es una colectiva, y el riesgo que se corre siempre en ellas, es el que desentonen de algún modo las obras de un autor con respecto a las de los otros, o que se dificulte su lectura por cuestiones de escala, materiales, estilos o formas. No es el caso aquí, puede porque el espacio de la galería se divida en tres salas en forma de “U” y se haya tenido en cuenta la altura y la distancia, la iluminación de las piezas, etc. de modo que aunque sean completamente distintas, la sensación que se produce es la complementaria, una visión reducida, sí, pero significativa de lo que en estos momentos hacen algunos de los autores más representativos que de una manera u otra, se han relacionado con nuestra ciudad.
Las que presenta Adriana Torres dan cuenta de su versatilidad al enfrentarse al vídeo por primera vez, a la pintura (sobre papel de periódico o sobre el moldeado de una misma cabeza femenina que llena de flores, pájaros, ...), y al modelado y vaciado de tres corazones en donde ha escrito, rodeándolos, tres bellísimos poemas de Ángel González. Obras que siguen indagando en su mundo personal en el que tampoco están ajenas las preocupaciones sociales, las situaciones convulsas cotidianas devenidas de la violencia, desigualdades o insolidaridad. Obras que continúan indagando en el mismo tema o concepto en el que ya trabajaba el año pasado, cuando presentó aquí mismo algunas de las que van componiendo la serie “Vengo a ofrecer mi corazón”, título bastante significativo y gráfico de por donde van sus intenciones plásticas y vitales. El corazón, como icono del amor incondicional, que contrarreste el dolor, que lo palíe en esa entrega que también es el arte. (...), Obras que siguen teniendo la delicadeza, elegancia y dulzura habituales en ella.
Fernando Bono sigue investigando en sus “Arquitecturas de la comunicación”, con una pequeña selección de esta serie que ha ido primero modelando y después fundiendo en bronces laminados, o ahuecando la masa compactada, hasta componer esa metafísica que le define. En pequeño formato para que puedan apreciarse los detalles y captar mejor sus (hipotéticos) significados, si se ampliaran, darían lugar a edificios o elementos arquitectónicos tan gigantes como los rascacielos, obeliscos, torres o zigurats, donde entre otros elementos parece que encuentra su dicción al menos de momento, ya que también ha hecho vídeos e instalaciones,...El ser humano -parece decirnos parafraseando el eslogan de un perfume- es una isla, una unidad habitacional, una soledad en sociedad. Para ello (entiendo) recurre a símbolos propios que tienen que ver con el lleno y el vacío, la espiral del infinito, las escaleras imposibles hacia el abismo, los círculos concéntricos que deja abiertos, la comunicación o la incomunicación, ...
Veredas López, otra de las autoras polifacéticas representadas, busca -o mejor, encuentra- en su interior, todo lo que quiere sacar fuera y además planteándose la mejor forma de expresarlo. Vistas así, las creaciones actuales llenas de elementos simbólicos y de claves, pueden considerarse como una biografía tridimensional, un mapa de sus sentimientos, emociones, creencias, pensamientos íntimos, deseos,... manifestados a través de politileno termofusible y elementos reciclados que suponen una mentalidad ecologista, un intento de revivir los objetos a través de esa alquimia que intencionadamente se produce en el arte.
Sus conocimientos de arte digital, pintura, animación, investigación con los materiales, ...pueden que hayan cristalizado en estas formas que cuelgan en el aire, o se elevan y caen en una orgía cromática llena de luces, ojos, cintas, rueda de bicicleta, ...que denotan su amor por la tierra y por las personas amadas a las que así, les da las gracias y le rinde homenaje. Arte Puro en la clasificación que ella quiere, en todos los sentidos de la palabra.
Ana Quesada ha concentrado aquí, un resumen de su serie “Extractos de ciudad”. Por tanto, el que de nuevo insista ahora, podría ser indicativo de esa gran pregunta que se viene haciendo desde hace tiempo, sobre la relación que existe entre el arte y la naturaleza.
También dicen de su voluntad por continuar en esa tendencia que se incluye en el minimalismo -¿por la simplificación figurativa desde el punto de vista de la forma?- y que en mi opinión nada tiene que ver, ya que en primer lugar la viene practicando desde la pintura tradicional (la fotografía y la estampación) y la escultura -o esculto-pintura- sobre todo tipo de soporte (papel, madera,...tratados o sin tratar), como son las dos piezas de pared, donde a las láminas seccionadas de un tronco de árbol, ha añadido la representación esquemática de un pájaro en colores planos, y una flor de papel blanco plegado. Maximalista, si tuviéramos en cuenta además, todo lo que hay detrás de cada una: estudio, depuración, tanteos, ...hasta llegar a la síntesis, sí, pero no por la cantidad de elementos sino por su abstracción conceptual.
Finalmente, JESUS ALGOBI, quien no quiso ponerse al teléfono en la visita que hice a la galería para aclarar las dudas sobre sus obras, sigue su línea habitual.