La vida del revés

Fracaso y traición de Albert Rivera

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16 jun 2019 / 08:30 h - Actualizado: 16 jun 2019 / 22:32 h.
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  • Albert Rivera. / EFE
    Albert Rivera. / EFE

Albert Rivera ha perdido la oportunidad de su vida. El ridículo que ha hecho es colosal y es muy posible que su futuro político se haya quedado reducido a la mínima expresión.

La regeneración democrática que prometía era una enorme mentira. El cambio que prometía era mentira. Que no iba a pactar con Vox era mentira. Rivera y Ciudadanos han resultado ser una mentira. Han hecho trampas incluso en sus primarias. Una enorme decepción.

El que más cerca se ha quedado de lo que se ha defendido en Ciudadanos hasta hace poco ha sido Manuel Valls. Ceder sus votos para que en Barcelona no gobernase el candidato independentista o, dicho de otra forma, favorecer la menos mala de las alternativas.

C’s quiso ser un partido liberal tradicional que pudiera pactar a la izquierda o a la derecha, pero se ha convertido en un partido de derechas que pacta con la extrema derecha. Y trata de ocultarlo cuando es evidente. Resulta un insulto a la inteligencia que los políticos de Ciudadanos nieguen que se ha llegado a un acuerdo con PP y Vox allá donde ha sido necesario. Y resulta penoso comprobar que eso que están haciendo le está dando alas a Vox. No hay más que mirar en dirección a la Junta de Andalucía para comprobar que Vox tiene mucho que decir para que las decisiones del Gobierno andaluz sean unas u otras.

Rivera se ha querido hacer importante al fiarse de unas encuestas primero y de unos resultados electorales después. Las encuestas que le colocaron como opción preferida por los votantes eran erróneas. Los resultados electorales, siendo buenos, han provocado que se quede en tierra de nadie, obligado a intentar un equilibrio imposible que terminará por perder.

Casado ha dado una paliza a Rivera en las mesas de negociación. Mientras el PP ha conseguido una presencia territorial más que considerable, C’s se tiene que conformar con migajas. Un puñadito de alcaldías de cierta importancia y la presidencia de alguna diputación (sí, esas que quería eliminar). Albert Rivera ha fracasado y si quería ser el líder de la oposición tendría que haber movido otras fichas.

Albert Rivera quiso ser político desde siempre aunque ha olvidado qué tipo de político soñó ser. Se ha dejado arrastrar por lo que los peores políticos de la historia han terminado fracasando. Los sillones por encima de las ideas es mal negocio. Los intereses personales y partidistas por delante del interés común es mal negocio. Traicionarse a sí mismo y, luego, intentar imitarse es mal negocio.