Gloria a Manolete

Image
28 ago 2019 / 14:37 h - Actualizado: 28 ago 2019 / 14:39 h.
"Toros"
  • Gloria a Manolete

TAGS:

Con el día de San Agustín llega el recuerdo de una figura irrenunciable. La muerte de Manolete marcó el final de muchas cosas. Dicen que el ‘Monstruo’ de Córdoba había sido un torero para olvidar una guerra pero también lo fue para cerrar la larga posguerra y ese tiempo apestado de gasógeno y marcado por la autarquía. Había muchas cosas que superar pero la gente volvió a las plazas al reclamo de un torero que cambió para siempre los fines de la profesión.

Todo el mundo sabe dónde estaba el día que cayeron las torres gemelas de Nueva York pero hay una generación completa –ya casi marchita- que se marcó a fuego en la mañana del 29 de agosto de 1947 cuando se supo que la gravísima cornada que Manuel Rodríguez Sánchez había sufrido la tarde antes en Linares era mortal.

Conviene reivindicar a nuestros héroes en esta época de tantas guerras perdidas; en estos tiempos de derrota de la cultura del esfuerzo y la excelencia. Manolete, más allá de su dimensión taurina, pertenece a la memoria sentimental de un país entero que se vistió, se movió y hasta se peinó como el inmortal ‘Califa’ de Santa Marina. Cada 28 de agosto es una oportunidad para abrir la espita del recuerdo y escribir con letras de oro el nombre de estos dioses –con minúscula- que se pasearon por las plazas de toros para marcar la época en la que le tocó vivir.

Pero la memoria de Manolete trasciende de su tiempo y sigue siendo una presencia viva en la ciudad de los discretos que no siempre le quiso. Hay una especie de culpa colectiva, latente en las viejas fotografías sin las que no se pueden entender las tabernas, esos templos del alma dormida de Córdoba en las que los viejos aún hablan de toros y toreros que nunca vieron. Gloria a Manolete, ese torero de la triste figura. Su aura crece con el tiempo...