En estos días vivimos un nuevo enfrentamiento del Ministerio de Hacienda y Cultura a causa del bloqueo presupuestario que ponen en peligros los premios nacionales y de forma específica el Premio Cervantes.
Esta nueva pugna parece que se resolverá, por una vez, a favor de Cultura pues desde Hacienda se compromete en los dos próximos Consejos de Ministros a desbloquear las partidas presupuestarias objeto del litigio.
Desde el inicio de la legislatura el ministro de Hacienda Montoro se mostro poco partidario de apoyar o relacionarse con la Cultura de una forma pacífica y siempre busco la confrontación. Esta actuación política se dirigía, según las palabras del Ministro a una mejor gestión de los recursos públicos destinados a la Cultura. En resumen el Ministro suponía que la secretaria de Cultura es un organismo mal gestionado y con una forma extraña de actuar como administración.
No es el asunto de los premios nacionales la vez primera que Hacienda retiene fondos de Cultura: anticipos a las ayudas de cine, abonos de subvenciones de innovación, dotación de transferencias de competencias, etc. son ocasiones donde el Ministerio dirigido por Montoro actúa de forma negativa para los compromisos de la secretaria de Estado de Cultura.
Mas allá del desmesurado incremento del IVA a la cultura que tanto dolor y desastre produjo y produce, es necesario profundizar en este enfrentamiento para poder entender que muchas de las actuaciones que estamos viviendo no son causadas por una serie de medidas administrativas más bien por una serie de posiciones políticas dirigidas a menoscabar de forma permanente el papel de la Secretaria de Estado, y en partícula a José María Lasalle, el responsable de las actuaciones.
Como ejemplo podemos ver el proyecto de ley del mecenazgo tan impulsado por el Ministro Wert y el propio Gobierno, que llego a anunciar en 2012 que en Septiembre de ese año estaría preparado el texto. Hasta la fecha, cuatro años más tarde, por la sistemática oposición del Ministerio y del Ministro de Hacienda el proyecto de ley aun no está aprobado, creando el descalabro político del Secretario Lasalle que había comprometido la ley de Mecenazgo como acción estrella de su gestión.
Como otras tantas veces la cultura es objeto de pelea entre políticos y daña de forma de difícil reparación a los ciudadanos y a los que trabajan y laboran en y por la cultura.