Hablemos de otra cosa

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10 sep 2016 / 22:45 h - Actualizado: 10 sep 2016 / 23:36 h.
"Cofradías","Siempre de frente"

«A ver si podemos empezar a informar de cosas agradables de una vez». Es el comentario casi desesperado de un compañero que se encarga de las labores informativas de la hermandad de La Lanzada. Y no le falta razón. Las aguas están revueltas en esta hermandad desde hace años y no se han calmado ni con los cuatro años de Miguel Calzado. Dos recursos interpuestos ante el Palacio Arzobispal contra la lista ganadora de unos comicios al que concurrían dos candidaturas, la del hermano mayor saliente y la del elegido, Antonio Ramírez Iberburen, que se ve que ha cometido el gran error en su vida de luchar por los derechos de los trabajadores como miembro del sindicato UGT en la Universidad de Sevilla, algo absolutamente imperdonable. O quizás la única debilidad que el contrincante, hermano suyo en la fe y en la hermandad, ha encontrado y por la que atacar. Porque, digo yo, por muy grave que sea su delito, ¿no puede ser perdonado? ¿O es que eso de la misericordia que estamos celebrando este año no va con nosotros?

No pretendo aquí defender a una persona que no conozco y de cuyo caso solo sé por lo que informan mis compañeros periodistas. Ignoro si sigue o no vinculado al sindicato, pero está claro, tras las dos desestimaciones del Arzobispado que no ostenta cargo público ni de responsabilidad política y, por lo tanto, no contraviene las reglas de la hermandad ni las Normas Diocesanas. Pero lo que no acabo de entender es por qué estos hermanos que están tan indignados con su elección no presentaron estos recursos antes de que se celebraran los comicios. Palacio también debe dar el visto bueno a las listas y se podría haber impugnado la suya en ese momento y, de este modo, haber evitado que se presente si no era un candidato adecuado. ¿O es que nos molesta lo que han votado los otros hermanos?

El último escrito de alegaciones, dirigido directamente al arzobispo y basado en cuestiones éticas e ideológicas que separan a la Iglesia del sindicato, está firmado por Joaquín Bastida Gutiérrez, «hermano veterano» de la cofradía del Miércoles Santo y candidato a promotor sacramental en la lista que encabezaba Miguel Calzado, el hermano mayor saliente. Ciertamente no se puede estar a favor y en contra del aborto, como defiende Bastida, pero para pertenecer a un sindicato no es necesario compartir al 100 por cien su ideario, de modo que habría que preguntar su postura directamente al hermano mayor.

Lamentablemente estas pugnas internas no se dan solo en La Lanzada y las hermandades trasladan al resto de la sociedad una imagen poco edificante que no tiene nada que ver con el espíritu que debería reinar en una institución de la Iglesia. No obstante, como todo y todos, como la propia Iglesia, tiene sus debilidades, ahora nos queda superarlas desde la corrección fraterna.