Llegó la amenaza: ¡que viene el comunismo! Alfonso Guerra ya gritaba en sus mítines contra los comunistas, no fuera a pasar lo mismo que en Italia donde el PCI dio il sorpasso a los socialistas que se unían a la Democracia Cristiana para impedir el gobierno de los comunistas, tal y como ordenó USA y el Vaticano. Sin embargo, el Papa de ahora –igual que hace Podemos/IU– carga contra aspectos propios del capitalismo como es la concentración mediática, ¿se nos habrá hecho comunista?
A Alfonso Guerra –considerado demasiado de izquierdas por no pocos dirigentes de su partido y por el grupo Prisa– lo ha sustituido Susana Díaz, muy lista esta mujer, al lado de los barones y en especial del barón de barones, esperando. Qué viene el comunismo, dice la presidenta, coincidiendo con Ciudadanos y con el PP. Ya se sabe que en tiempos de avance de la izquierda los liberales se vuelven conservadores y los conservadores fascistas aunque no haya peligro para el poder real, sólo inquietud, pero todo le saldrá bien, como en Grecia, Venezuela, Brasil, Argentina, y va por buen camino en Bolivia, Ecuador, Cuba... Eso sí, no hay que bajar la guardia y es preciso echar mano de uno de los filtros con los que el tan citado por la progresía Noan Chomsky afirma que el sistema controla a la sociedad: el anticomunismo.
El comunismo es consecuencia del desmadre del mercado y la libre iniciativa. El famoso egoísmo del ser humano y la mano invisible, al final se pasan de rosca y acaban jodiendo cantidad. Marx quería llegar al comunismo por maduración social pero el hombre, lobo para el hombre, ha acelerado los procesos. No se puede ser cornudo y encima apaleado.
Qué bien se lo han montado algunos como esos cristianos del PP o no pocos socialdemócratas. Cruz Roja hablando de pobreza crónica, más de un millón de hogares en los que todos sus miembros están en paro, 385.000 personas dependientes a las que se les ha reconocido el derecho pero que actualmente se encuentran en lista de espera, o sea, ancianos sin poder ir muriéndose en paz, niños comiendo gracias a la caridad de los colegios y de instituciones filantrópicas, empresarios que apenas emprenden y, encima, ¡que viene el comunismo!
No debería decir todo esto, luego me niegan el pan y la sal en la politizada universidad y en los proyectos que presente en la Junta pero ya está bien, no se puede callar ante tanto desatino. El capitalismo tendrá que aplicar su ética –que la tiene– o nos convertirá en zombis. ¿Habrá enloquecido? Temo que sí.