Indicadores para atender lo importante y postergar lo superfluo

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Juan Luis Pavón juanluispavon1
14 oct 2018 / 08:13 h - Actualizado: 13 oct 2018 / 11:20 h.
"Pasa la vida"
  • Indicadores para atender lo importante y postergar lo superfluo

La tentativa de subir las pensiones cada año según sea el porcentaje anual de subida de la inflación es uno de los temas de debate más interesantes para ajustar la brújula en esta España desigual. Donde tanto se fomenta hablar sobre naderías. Centrar la atención en cuestiones intrascendentes. Reunirse para no solucionar. Huir de las encrucijadas importantes. Y no asumir la vertiente más primordial de las responsabilidades: tomar decisiones que afronten las vicisitudes del presente en aras a hacer sostenible el futuro. Lo que el refranero aconseja tal que así: “más vale ponerse una vez colorado que ciento amarillo”.

Vincular pactos, estrategias de gobierno y cálculos presupuestarios a la correlación entre indicadores políticos, económicos y demográficos es una dinámica consustancial a una sociedad de la información cuyos pilares son los datos. Cada vez se avanza más en elaborar mejor las prospectivas sobre las ventajas e inconvenientes que deparará materializar o no un criterio, un baremo, una norma. En el ejemplo de las pensiones, para garantizar que en el futuro haya dinero disponible en las arcas públicas a tal fin, es lógico que existan dudas tanto en España como en la dirección de la Comisión Europea sobre la capacidad recaudatoria del Estado para aumentar los ingresos tanto como requiere garantizar el poder adquisitivo al segmento de población que más crece. Pero la alternativa a esa sensata duda no puede consistir en quedarse cruzados de brazos. Porque millones de ancianos perciben pagas paupérrimas. Y otros tantos millones de abuelos y abuelas no se han quedado cruzados de brazos ante las penurias de hijos y nietos. Con dinero de sus pensiones están evitando que toquen fondo quienes, por edad, deberían estar ahorrando para sí mismos a la vez que cotizando para la siguiente generación de pensionistas.

Para mejorar la gobernanza tanto a nivel nacional como regional y local, centrándonos todos los días, semanas, meses y años en las prioridades (educación, sanidad, seguridad, justicia, empleo, pensiones, ciencia e innovación, despoblamiento de las provincias sin costa, ejemplaridad en la gestión del erario público,...), sugiero ampliar desde el punto de vista mediático la gama de indicadores para vincularlos y correlacionarlos. Con el fin de que en cada jornada se perciba que un día sí y otro también la agenda consiste en centrarse en lo importante y se posterga lo superfluo. Por ejemplo:

Hasta que en España no se reduzca el porcentaje de paro juvenil, que ahora es del 33%, hasta situarnos en el listón del promedio europeo (14%), todos los partidos, allí donde gobiernen, reducirán un 50% la presencia de sus dirigentes en ruedas de prensa, dedicando tiempo de su jornada de trabajo a estar haciéndose la foto y diciendo cuatro frases manidas junto a quienes son los verdaderos protagonistas de esa convocatoria: ya sean médicos que han logrado un hallazgo, oenegés que han ganado un premio, artistas que estrenan un espectáculo, empresarios que realizan una gran inversión,...

Hasta que no se reduzca desde el 24,5% actual a un porcentaje por debajo del 10% el número de ciudadanos a los que se ha reconocido su condición de dependientes pero no reciben prestación alguna pese a tener derecho a ella, todos los grupos parlamentarios han de reducir un 75% el uso de coches oficiales y sus chóferes atenderán necesidades de la población dependiente siguiendo las indicaciones de los servicios sociales y sanitarios.

Los delegados municipales o consejeros autonómicos que no ejecuten al menos el 90% del presupuesto anual de su departamento, y su eficiencia no sea evaluada y fiscalizada por los organismos de control correspondientes, tendrán que reducir al año siguiente en un 90% el número de promesas sobre lo que van a resolver y en un 90% el número de proyectos que prometen poner en marcha. Incluso si es año preelectoral.

Mal que les pese a los asesores de imagen y a quienes entran en los partidos para usarlos como escaparate personal, en España hace falta reformar el insostenible desequilibrio de la agenda pública de miles y miles de nuestros representantes y decenas de miles de sus mandos intermedios. Y reconducirla a los niveles germánicos y escandinavos para estar mucho más tiempo dedicados a trabajar, a gestionar, a resolver. Sí se puede. Sí se puede,...