¿Inseguridad o necesidad?

A los regresos de Jesús Navas y Éver Banega podría unirse el de Aleix Vidal en enero. Aunque no lo reconozcan, la política de fichajes ha cambiado en Nervión

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12 nov 2017 / 23:09 h - Actualizado: 13 nov 2017 / 00:24 h.
"Deportes","El Descuento"
  • ¿Inseguridad o necesidad?

La llegada de Óscar Arias al despacho de la dirección deportiva del Sevilla ha provocado algunos cambios, como es lógico. A la foto del equipo de trabajo que durante tantos años funcionó a las órdenes de Monchi cada vez le faltan más caras. Arias se ha visto obligado a rediseñar muchos perfiles y puestos y, como haría cualquiera, ha tirado de gente de su confianza. El caso de Javi Guerrero, quien ha llegado como enlace con los jugadores, bien podría servir de muestra. Hasta ahí todo bien, no ha hecho nada que esté fuera de orden ante una sucesión de tal magnitud y relevancia en el seno de un club de fútbol. El problema viene cuando se han cambiado ciertos aspectos referentes a la política de fichajes. Que la incorporación más cara de la historia sea Luis Muriel corrobora esta afirmación. Algunos piensan que Monchi no hubiera pagado jamás ese dinero por un jugador como el colombiano. La verdad es que desconozco qué hubiera hecho el de San Fernando, pero sí hay algo que me llama poderosamente la atención.

Se trata del regreso de jugadores que en su día salieron por la puerta grande y en ocasiones, dejando mucho dinero. Es algo tan extraño como inusual en la política deportiva de este club en los últimos lustros. A excepción de Reyes, canterano e ídolo de todo el sevillismo, no se recuerdan regresos como los que este verano protagonizaron Jesús Navas o Éver Banega, a los que a punto estuvo de sumarse Carlos Bacca. ¿Fueron fichados por convicción? ¿No hay más recursos que los que ya se conocen? ¿Fueron buscados como golpes de efecto para la afición? Muchas preguntas y hasta el momento, pocas respuestas. Se echan de meno Nzonzis, Alves o Sarabias de turno, por mencionar algunos. Si el propio presidente se ha hartado de explicar, como ya hicieran Monchi y Del Nido en su día, que este modelo de negocio está basado en las ventas y plusvalías, ¿alguien puede explicar por qué casi ninguno de los jugadores que aterrizaron en Nervión este verano entra en ese perfil? ¿De verdad el modelo no ha cambiado?

Más preguntas y todas ellas encaminadas a una respuesta que pulula entre la afición desde que comenzó la temporada: a este equipo le falta hambre. Es verdad que alguno viene de vuelta, pero me cuesta creerlo, la verdad, aunque podría ser, claro. Se aproxima el mercado de invierno y el primer nombre que suena es Aleix Vidal. Vaya... ¿Casualidad? Quién sabe. El tiempo dirá, pero para solucionar el juego del equipo, jugadores que conocen la casa, la afición o la ciudad pueden resultar importantes, claro que sí. Pero no se me antoja como la única vía posible, que es lo que parece que ocurre en esta nueva era abierta en la dirección deportiva sevillista. Echo de menos sorpresas fruto del laboratorio de espías. No sé... un Adriano Correia. Estaremos atentos a ver qué pasa en enero, sobre todo porque falta un mes frenético de competición que puede cambiar todo de arriba a abajo. Pero, de momento, tiene pinta que lo conocido... y poco más.