El termino especulador se atribuye a las personas que invierten en bolsa de manera codiciosa, jugadora e incluso careciendo de la menor responsabilidad o asumiendo riesgos financieros innecesarios. Por el contrario, el vocablo inversor es asumido por todo el mundo como un concepto serio y prudente y se suele aplicar al inversor que controla sus finanzas, invierte prudentemente, a largo plazo y en productos que pueden considerarse conservadores.
Cosa distinta es como pueden sonar los términos financieros y otra diferente es el verdadero significado de dichos términos ya que, de hecho, invertir y especular, es lo mismo.
La especulación de manera técnica es simple y llanamente, el deseo del inversor de que un activo financiero en cartera se revalorice pasado un periodo temporal más o menos largo a fin de obtener una buena rentabilidad del capital invertido. La incertidumbre y la esperanza son conceptos aplicables por igual tanto a la especulación como a la inversión, puesto que el resultado final de la inversión no es previsible ni está asegurado.
Incluso, hasta en la inversión de renta fija como pueda ser la compra de deuda, letras del tesoro o bonos cabe la posibilidad de que la empresa emisora no pague el cupón estipulado o, debido a problemas de liquidez, no pueda devolver el capital principal a sus inversores. Por ello, cualquier inversor, puede considerarse, a un mismo tiempo un especulador, ya que deseará que suba la cotización de los títulos que posea suba para obtener un beneficio por su dinero.
El pequeño ahorrador debe tener claro su perfil inversor e invertir de manera disciplinada y sensata, utilizando en su operativa estrategias inversoras, propias o de terceros, planificando concienzudamente su inversión y ayudándose de las herramientas que proporciona el mercado, a saber, el análisis técnico y el análisis fundamental.