Invitación al comedimiento

Image
17 feb 2019 / 06:46 h - Actualizado: 16 feb 2019 / 12:48 h.

Hace unos años la situación vasca, figuraba en la primera línea de la preocupación de los españoles. Algo parecido está ocurriendo con Cataluña, con la diferencia fundamental de que no hay un grupo terrorista actuando. La situación ha desbordado el ámbito del más gravemente afectado, el pueblo catalán, que afronta su vivir diario en el trabajo, en las relaciones sociales y, lo que es más grave, en el ámbito familiar, con una fractura de alrededor de 50%.

No es extraño comprobar cómo el artículo 155 de la Constitución o los delitos que requieren doble imputación para la eficacia de la euro orden de detención, son objeto de comentarios y de distintos criterios de aplicación en tertulias de café o de redes sociales. También el "problema" catalán, se ha erigido en protagonista de las pasadas elecciones andaluzas, con merma del tratamiento de los problemas de Andalucía, cuando, conforme a la Constitución, el Gobierno Andaluz, no tiene posibilidades efectivas de actuación en lo que es un problema de Estado. Lo penúltimo, el torrente de insultos, descalificaciones y llamadas a tomar la calle, más propia de sistemas populistas. Lo último, el discurso de "buenos" y "malos" del Presidente del Gobierno al convocar elecciones.

Evidentemente una situación muy complicada. Nuestra petición a nuestros políticos y comentaristas mediáticos es a bajar el tono y dejar a un lado el lenguaje grueso, las descalificaciones, las falsedades y las medias verdades, para lograr un clima más tranquilo que permita buscar, con sinceridad y sentido de la responsabilidad, acuerdos que sean posibles y duraderos. Pero, ¿cómo se les ocurre pedir eso? ¿No ven que estamos en campaña electoral? ¡Ah, bueno!