Ir a por lana y venir trasquilada

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07 may 2017 / 23:04 h - Actualizado: 07 may 2017 / 23:04 h.

El susanismo y la nada neutral gestora del PSOE andarán todavía en estado de shock ya que nada de lo ocurrido en el asunto de los avales estaba en la hoja de ruta de sus previsiones. Se pretendía un final en el primer tiempo del partido, una goleada de tal calibre en la presentación de avales que convirtiera el resto de las primarias en un proceso de aclamación de Susana Díaz hacia Ferraz. La sorpresa mayúscula que ha dado Pedro Sánchez tiene múltiples lecturas y conclusiones.

Hoy sabemos que aquellos que defenestraron a Sánchez estaban equivocados, que la maniobra trilera de Felipe González y los barones para colocar a Susana Díaz desde arriba era un obús contra la línea de flotación de un partido cuya militancia se abochornaba de una abstención que hacía a Rajoy presidente. Alguien analizó muy mal y despreció el sentir de una parte de ese partido que siempre contó con una militancia sociológicamente de izquierdas. Quizás la arrogancia susanista no haya permitido la lectura acertada que ha hecho Pedro Sánchez de todo el proceso, lo que viene a decir que Sánchez conocía mejor el partido que la multitud que lo daban por muerto y que su llamada a la militancia tenía sentido de rebeldía.

Parece que Susana Díaz se ha equivocado y le han salido problemas donde no los tenía. En gran parte de Despeñaperros para arriba ni está, ni se le espera; en Andalucía se abren vías de agua a su hasta ahora incontestable liderazgo y, lo peor, se queda con regusto a política de derechas. Sin duda fue a por la lana y vino trasquilada.