Poco o nada puede sorprender ya la trayectoria de Jorge Molina en el Real Betis Balompié. Llegó en el verano de 2010, había sido pichichi en Segunda División con el Elche, que, por cierto, no pudo tener peor suerte con el traspaso; cuatro años después han cobrado tan sólo una parte y a plazos...
Un tanque que según los expertos sólo servía para rematar balones. No sabían que aquí saben tunear hasta los tanques. Indispensable para Mel, ha crecido al mismo tiempo que aquel proyecto que sirvió para subir al Betis, devolverlo a Primera, pasearlo por Europa y volverlo a dejar en el mismo sitio donde todo empezó. Por poco tiempo, y gracias entre otras cosas a los goles de quien llegó sin hacer ruido para convertirse en uno de los futbolistas más completos que se han visto por Heliópolis en mucho tiempo.
Profesional como pocos, jamás sacó los pies del plato salvo para marcar goles. Los ha hecho como ha querido: pie derecho, izquierdo, con la cabeza... Además, tampoco se queda corto en las estadísticas que le sitúan como uno de los mejores asistentes del equipo. Crea espacios, controla los balones aéreos, ayuda en lo defensivo y, sobre todo, se complementa a la perfección con su socio y compañero de habitación Rubén Castro. Éste año y después de perderse parte importante de la temporada por una decisión técnica que, a día de hoy, sigue sin comprender la mayoría, ha conseguido 13 tantos en 16 partidos; curiosamente, desde la llegada del técnico que mejor lo entiende. Un tipo sencillo que sigue con el mismo coche que trajo cuando llegó a Sevilla, que se cuida como nadie y al que será difícil que usted o cualquiera coja en un renuncio. Nunca dio mayor ruido que el protagonizado por cuantos aficionados del Betis entonan con sus gargantas cada vez que marca. Alguno llegó incluso a pensar que no valía para este equipo y hay quien ya se atreve a decir que no tiene hueco en un Betis de Primera. No lo sé. También hay quien dijo que no se entrenaba bien y la realidad es que no sólo se entrenaba como el que más sino que, además, lo hacía en doble sesión hasta en jornada de descanso. Me cuesta creer, después de lo que se ha visto, que realmente no tenga sitio el año que viene.