Los medios y los días

¿Jubilamos a la universidad?

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10 abr 2019 / 08:16 h - Actualizado: 10 abr 2019 / 08:22 h.
"Los medios y los días"
  • Una clase en una universidad. / EFE
    Una clase en una universidad. / EFE

Se jubila el 40 por ciento de médicos dentro de diez años. Y también se están jubilando médicos catedráticos con experiencia. Lo mejor es no ponerse enfermo pero como eso no está del todo en nuestras manos supongo que se tomarán cartas en el asunto. Yo intento ir lo menos posible al médico a pesar de que a veces me encuentre jodido con las goteras de la pre-vejez más las que traigo desde toda mi vida. Pero la vocación médica ha decaído mucho sobre todo en los galenos varones y a pesar del esfuerzo que les veo hacer a no pocos profesionales, se les nota la desgana y la mella que en su moral provocan estos tiempos. Sí, tienen muchos pacientes pero eso cuando se goza de vocación de verdad no es exactamente una buena excusa con lo cual no quiero decir que la sanidad no haya que fortalecerla, sobre todo la pública que llegó con Franco y ahora parece que con el capitalismo en estado puro –se llame socialdemocracia o derecha- la tienen manga por hombro.

Pero es que en mi campo docente también nos vamos a jubilar a corto plazo los periodistas profesores, de hecho ya se han jubilado algunos y en lugar de sacar plazas como las que ocupaban se limitan a sustituirlos por dos profesores interinos en lugar de que sean asociados con experiencia profesional, con el sueldo de un jubilado pagan a dos jóvenes con lo cual perdemos experiencia, libertad de cátedra y seguridad laboral, la disminución de esto último provoca la disminución de la libertad de cátedra. Los asociados cobran sueldos de risa, con un jubilado podrían entrar tres asociados, al menos, y estaríamos más a la altura de las circunstancias.

Lo digo en público y en privado: yo trabajo en un grado universitario que se llama Grado en Periodismo en el que cada vez enseñamos menos periodistas con recorrido, en el que no enseñamos lo que hoy demanda el mercado de la comunicación o al menos no lo enseñamos en la cuantía exigible. Necesitamos profesores asociados a la profesión comunicativa y periodística que ilusionen a unos estudiantes que llegan desalentados al último año del grado, me siento como un predicador en el desierto, parece que el colegio de periodistas me apoya pero poco más y ya soy mayor para tanto trote. Me da la impresión de que es una herejía sostener que para ejercer la comunicación y el periodismo la mayoría de los profesores deben ser o haber sido profesionales de la comunicación y el periodismo con toda la experiencia posible.

El periodismo se halla en un momento muy delicado, el caso de este mismo diario lo demuestra, el papel carece de futuro y eso lo saben todos los diarios importantes, este digital se ha adelantado a los demás clausurando su edición de papel, causando dolor entre sus trabajadores pero no siempre se dominan las épocas históricas que hemos creado. A mí me critican porque no he jugado a ser progre y sigo escribiendo aquí a pesar de los despidos pero les diré una cosa: este diario, por ahora, es realmente libre, tiene sus limitaciones éticas y empresariales como todos pero sus columnistas son, somos muy plurales, no nos miran el carnet de identidad ni si nos llevamos bien o mal con este o aquel partido, empresa o banco. Este diario no ha desaparecido como afirmaron con mala saña sectores representativos de la misma profesión periodística, aquí lo tienen ustedes, afrontando el reto de pasar del papel al multimedia sin apoyo de poderes fácticos o no fácticos, con zancadillas socialistas, a base de trabajo diario, de muchísimo trabajo.

Toda esta dinámica real de la profesión debería enseñarse muy bien en la universidad, yo aprendo más hablando con los propietarios de El Correo y de otros medios y con sus profesionales que con cualquier artículo de esos que llaman científicos que por lo general dan vueltas sobre lo mismo y se suelen dedicar a descripciones cuantitativas. Sin perder su identidad, la universidad debe meter en sus aulas esta profesión y la de médico y la de ingeniero –faltan ingenieros cualificados en tecnologías en España-, de lo contrario, sinceramente, ¿para qué la queremos si ya está comenzando a faltar lo esencial en la universidad que es el enfoque estructural crítico? Falta eso, faltan profesores competentes –recambio de jubilaciones- y sobra politización por todas partes.