Ahora que parece que salir a la calle a manifestarse es algo fundamental para conseguir logros sociales –los pensionistas, las mujeres...–, que sigue siendo una fórmula válida para protestar, no estaría mal recordar la de veces que hemos salido los hombres a pedir libertad, trabajo, derechos, paz y bienestar social, no solo para nosotros sino para el bien general de la sociedad: las mujeres, los jóvenes, los mayores... A veces, dando la vida en asfalto, y ahí está la historia de la lucha sindical, campesina o minera. No sé ustedes, pero en las cuatro últimas décadas he visto a muchos hombres luchar codo a codo con las mujeres, y sin ellas, por la igualdad. Si es fundamental criar y educar hijos, llevar una casa y ejercer de madre y esposa, también lo es llevar la responsabilidad económica y asegurar el sustento de la familia, que generalmente venía recayendo en los hombres, aunque siempre he tenido claro que todo era y sigue siendo algo de dos. Juntos conseguiremos más cosas, aunque parece que el hombre ya se tiene que echar a un lado porque no pinta nada.